Curicó despidió a Cote, Juanjo y Tatán, las tres víctimas de parricidio
funerales. Unas 500 personas participaron en el sepelio que recorrió la ciudad. Los restos del padre, el doctor Francisco Ramírez, serán cremados en Santiago.
Pilar Merchack, la madre de los tres menores asesinados por su padre la noche del miércoles, encabezó ayer el funeral que sea realizó en el Cementerio Parque de Curicó y al que concurrieron unas 500 personas. En el lugar el sacerdote Mauricio Jacques, amigo de la familia, recordó a los deudos y amigos que acompañaron al cortejo fúnebre que "el Cote, el Juanjo y el Tatán están gozando de la vida eterna en el corazón de Jesús, y de su madre la Virgen María. A ellos les encomendamos sus almas para que les abran las puertas del Cielo".
"Ha sido un momento doloroso, pero lleno de esperanza. Estamos acompañando a la Pilar que está destrozada. Sólo nos queda rezar por ella, los niños que están en el Cielo y por Francisco (el padre que los asesinó y se quitó la vida)", dijo al finalizar el rito.
El sepelio recorrió el centro de la ciudad en dirección al cementerio, escoltado por los compañeros de Sebastián, que lo hicieron en bicicletas, pues esa era una de las aficiones más querida del menor de los hermanos Ramírez Merchack.
obispo preside misa
Fue el obispo de Talca, Horacio Valenzuela, quien realizó el servicio litúrgico para despedir a los adolescentes José Luis (17), Juan José (16) y Sebastián (14).
"Hemos tenido días con dolores muy profundos, muy incomprensibles. Días atrás una criatura de corta vida fue dejada a los pies de la Virgen. María Alfonsina pudo vivir poco más de 15 minutos. Hoy dejamos a estos jóvenes de la mano del señor. Son dolores que duelen a todos, más aún cuando son hermanos nuestros que recién comienzan la vida. En estos momentos no hay palabras, ideas ni razones para describir un trance tan duro. El corazón no sabe qué sentir ni la mente qué pensar", indicó en su prédica inicial el obispo Valenzuela.
Fueron los compañeros de colegi ""Orchard college, quienes cargaron los féretros hasta los vehículos fúnebres, entre los aplausos de la concurrencia y de las personas que se reunieron en la Plaza de Armas. A la salida, los familiares agradecieron el apoyo de la comunidad.
Los hermanos Ramírez, José Luis (17), Juan José (16) y Sebastián (14), murieron después de ser asesinados por su padre, el pediatra Francisco Ramírez, quien luego se suicidó frente a la madre de los menores.
El Hospital de Curicó, donde trabajaba el médico, realizó una misa para el facultativo, tras lo cual trasladaron sus restos a Santiago donde será cremado.
la carta
Ayer se dio a conocer un nuevo antecedente luego de revelarse la existencia de una carta donde el autor de este crimen, Francisco Ramírez Alvarado, se despidió de su secretaria.
En la misiva, el médico que asesinó a sus tres hijos y luego se suicidó, se despide de su secretaria, Edith Jalabin, pero sin relatarle lo que pretendía cometer. Ella comentó que le adelantó su sueldo, ya que se iba ir de viaje a México con la familia.
Luego de esto la Brigada de Homicidios de la PDI interrogó en la mañana de este viernes a la mujer e incautó un computador que él tenía en su oficina-consulta del edificio Montt en Curicó, para periciarlo y buscar correos que ayuden a aclarar sobre los motivos finales que lo llevaron a cometer sus crímenes y suicidarse.
Asimismo, los detectives aún no han interrogado a la madre de los adolescentes, Pilar Merchack, lo que se llevará a cabo en los próximos días ya que estaban esperando la realización de los funerales.
doble personalidad
Según amigos y familiares, el pediatra tenía una doble personalidad. Por un lado era el médico cariñoso, que atendía con especial atención a los niños pobres y se preocupaba porque todos en su mundo laboral estuvieran bien. Pero, por otro lado, estaba el hombre que tenía una inestable relación con su esposa, Pilar Merchak , y sus tres hijos y que incluso era tildado como "antisocial" e "idiota".
De todas formas quienes conocieron estas dos facetas del doctor coinciden en que era imposible predecir lo que haría la noche del miércoles: asesinar a sus tres hijos y luego, tras intentar agredir a su esposa, dispararse en la boca frente a ella. Todo, cuando estaban a pocas horas de emprender un viaje familiar a Cancún y luego que él le hubiera regalado un anillo de diamantes y le hubiera propuesto que hicieran un "picoteo" en la casa que arrendaban en el sector de Zapallar de Curicó, VII Región.
Carolina Merchak , hermana de Pilar, dijo a "La Segunda" que "tenían altos y bajos, como todas las parejas, pero la verdad es que de la intimidad de ellos no era mucho lo que se sabía".
En tanto, el sacerdote Mauricio Jacques, indicó que "conozco a Pilar de toda la vida, ambos somos curicanos, y el doctor Ramírez tuvo que haber llegado acá hace más de 20 años. Yo tuve un acercamiento cuando los niños hicieron la Primera Comunión, porque ellos no tenían participación activa en una parroquia. Eran creyentes, dirían que sí eran católicos, pero no practicantes". Sobre el doctor, señaló que "algunas veces él se ponía un poco idiota, no sé si es la palabra más precisa, pero era una buena persona. Nadie nunca pensó que esto iba a terminar así".
Rito de sometimiento
Para el psicólogo forense y académico de la Universidad Católica, Enrique Chia, el triple parricida de Curicó realizó un "rito de sometimiento" y su objetivo habría sido que su mujer sufriera el resto de su vida. El primer aspecto que llama la atención a Chia es la planificación y premeditación que revela el relato. "Tuvo harto tiempo para arrepentirse, pero no lo hizo", advierte . "El construyó una especie de rito bastante macabro, pues hizo participar a su mujer en un acto que ella desconocía, pero que para él tenía significancia. Es un rito de despedida".
"Algunas veces él se ponía un poco idiota, no sé si es la palabra más precisa, pero era una buena persona. Nadie nunca pensó que esto iba a terminar así"
Mauricio Jacques
Sacerdote amigo de la familia
Las últimas horas
La mañana del miércoles Francisco Ramírez no fue a trabajar. Avisó que viajaría a Santiago, donde se reunió con su padre, que tiene más de 80 años (su madre falleció a fines de los "90).
En la capital, se sabe, compró un anillo de brillantes para Pilar y, después de almuerzo, emprendió el viaje de vuelta a Curicó. Pasó por la conserjería del Edificio Montt.
El conserje del inmueble, Julio Sánchez , relató que el hombre fue al edificio antes de las 20 horas. "Entró rápidamente, con las manos vacías, y se fue a los 12 minutos, también con las manos vacías. ¿Qué pasó a buscar? Eso es algo que sólo él lo sabe".