Gafas de sol: La importancia de elegir bien
Prevención. Escoger el producto adecuado para las condiciones en que vamos a utilizarlos puede ser fundamental para proteger los ojos frente a las amenazas de la radiación UV.
El sol, tan importante para nuestras vidas, puede convertirse en un enemigo silencioso, sobr todp en la época de verano, donde la radiación solar se incrementa sobremanera, y porque dicha radiación resulta invisible a nuestros ojos, por lo que es imposible detectarla o percibirla cuando ésta entra en contacto con nuestro cuerpo.
Particularmente preocupante es la radiación ultravioleta (UV), que hoy en día, y más todavía producto del deterioro de la capa de ozono, es capaz de provocar daños irreversibles en la salud de nuestra vista. Se sabe muy bien que la radiación UV, en exposición prolongada, puede generar daños importantes en nuestro organismo. El ejemplo más determinante es el cáncer a la piel.
En ese contexto, las gafas de sol se han convertido hoy en un implemento fundamental a la hora de proteger nuestros ojos de ciertas radiaciones dañinas provenientes del sol, particularmente en la época estival.
Asimismo se ha incrementado el uso de gafas co un accesorio de moda, cuyo uso está condicionado fuertemente por cuestiones estéticas y que dispone de una oferta que se renueva constantemente, ayudada por la publicidad y por el efecto imitación que representa su uso por figuras del cine o la televisión.
Elegir correctamente
Todo ello, sin embargo, no debe alejarnos del objetivo principal: lo importante es elegir correctamente unas gafas de sol y, después de comprarlas, utilizarlas de manera adecuada. Porque, en ciertos casos, el mal uso de estos implemento, podría ser aún más perjudicial que no utilizarlos.
"Existen diversos tipos de gafas de sol. Algunas simplemente cuentan con cristales oscurecidos para evitar el deslumbramiento o las molestias de la luz intensa, pero no evitan el paso de la radiación UV. Otras, en cambio, sí contienen ciertos tipos de filtros, que impiden además el paso de estas radiaciones nocivas.
Cuál es la gafa de sol más adecuada y cómo debemos usarla dependerá, entre otras condiciones, del tipo de actividad que realicemos, de la época del año y del lugar donde vivimos", explica Juan López, académico de la carrera de Tecnología Médica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso.
Filtro adecuado
En general las gafas de sol, añade López, pueden estar conformadas por simples cristales oscuros, sin filtro UV, o bien contener filtros para la radiación UV, los que suelen estar disponibles en distintas graduaciones, ofreciendo desde una protección ligera hasta incluso evitar el paso de casi un ciento por ciento de la radiación dañina.
"Uno de los mayores peligros está en usar gafas compradas en calle, y que no cuenten con filtros de ningún tipo, sino simplemente con un cristal oscurecido. Esto, que en cierto modo alivia el deslumbramiento y las molestias provocadas por la luz intensa, puede tener un efecto todavía más dañino, puesto que la disminución de la luz que recibe el sistema ocular genera la dilatación de la pupila, que es un mecanismo natural de nuestros ojos para contrarrestar la disminución de luz", precisa.
En ese caso, acota el especialista, "al momento de ingresar los rayos UV, éstos pasarán directo y con mayor facilidad hacia el interior de los ojos, pudiendo dañar a la retina, que es un tejido muy sensible e importante para la visión", recalca López.
El académico puntualiza que la radiación UV que llega al ojo sin protección puede provocar, entre otros efectos nocivos: daño acumulativo en la retina, lo que puede repercutir en el futuro o incluso favorecer la aparición de cataratas, con la consiguiente disminución de la visión.
Accesorio
El experto advierte que no existe evidencia que demuestre que el uso de gafas de sol sea fundamental para evitar la aparición de enfermedades, y que por tal razón no pueden ser consideradas como herramientas de salud, sino como un accesorio que, además de cumplir con un fin estético, puede ayudarnos en la protección de nuestra visión.
"Sin embargo, sí hay razón para pensar que unos buenos lentes pueden favorecernos y protegernos de estas radiaciones dañinas. Ese es el motivo por el que se hace necesario adquirir las gafas de sol en algún local habilitado, donde podamos solicitar una asesoría adecuada para elegir un buen lente. Eso puede significar la diferencia entre cuidar la vista viéndose bien, o simplemente verse bien a expensas de dañar nuestra visión".
Condiciones
En el caso de las gafas con filtro, la elección del modelo adecuado dependerá del tipo de lente y para que se desea usar. Si la intención es utilizar una gafa solo con la finalidad de evitar el deslumbramiento y las molestias que ello puede provocar -a sabiendas de que no habrá exposición directa al sol y por un tiempo no excesivamente prolongado-, una gafa oscura puede ser suficiente. "Por el contrario, si nos enfrentaremos a una radiación intensa, como la que se da en la playa o bien nuestro trabajo es en directa exposición al sol y por un tiempo prolongado, quizás sería conveniente utilizar un cristal que además de protegernos de la intensa luz, pueda filtrar el paso de la radiación UV. Por ejemplo, si nuestra actividad se desarrolla cerca del ecuador o bien en la nieve, se requiere un filtro más poderoso", dice el profesor Juan López. A veces, agrega, la luz puede ser tan intensa, que incluso el reflejo de ella en los objetos circundantes, como las paredes de un edificio o las ventanas, podría irritar los ojos, particularmente la córnea, provocando molestias e inflamación que resulta muy dolorosa.
"Uno de los mayores peligros está en usar gafas compradas en calle, y que no cuenten con filtros de ningún tipo, sino simplemente con un cristal oscurecido".
Juan López,
Académico UV.