La relación entre el escritor argentino Ricardo Piglia y Chile es de vieja data. Viene de cuando joven y leyó por primera vez a Nicanor Parra, se acrecentó en 2005 cuando ganó el Premio de Letras José Donoso, y se consolidó este año al obtener el Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas, galardón que hoy le entregará el Presidente Sebastián Piñera en una ceremonia que se realizará en La Moneda.
"Estoy muy honrado con el premio. Estoy muy agradecido con la cultura en Chile, porque me parece que le da a la literatura de América Latina un lugar y han sido muy generosos conmigo", comenta el autor de "El camino de Ida", quien ayer estuvo de visita en Valparaíso para sostener un encuentro privado con el ministro de Cultura Roberto Ampuero, y otros intelectuales de la región.
Gran deuda
Piglia dice que tiene muchos amigos en nuestro país, y ha venido bastantes veces a Chile e incluso ha pensado instalarse con su señora durante un par de meses a nuestro país para hacer una vida más cotidiana. "Siempre me he sentido muy cómodo aquí", afirma el escritor que también colabora con "The Clinic". Pero, sin duda, el personaje que le trae mejores recuerdos de estas tierras es el de Nicanor Parra. La razón es simple, desde su perspectiva el antipoeta "me ayudó a resistir a Borges".
"Yo oía hablar de él, y cuando era estudiante en una librería muy linda que había en La Plata, que se llama Palumbo, me encontré con "Versos de salón" y fue un impacto. Entonces empecé a leer las cosas de él, y me sirvió como antídoto contra Borges, contra la fascinación del estilo barroco y sofisticado de él", recuerda el escritor. Según Piglia no es que Parra no tenga estas características, sino que "ha sido capaz, con una inteligencia extraordinaria, de proponer un estilo irónico, muy económico, muy sarcástico, un trabajo muy instrumental con la lengua en el buen sentido, y una posición antilírica no en el sentido malo de la expresión, sino la de decir voy a hacer literatura sin hacer el gesto".
Por todas estas razones, el escritor argentino sostiene que "Nicanor fue muy importante para mí, y siempre lo he admirado muchísimo". Pero es mucho más que eso, porque dice que el autor también le enseñó a saborear los locos, así que "mi deuda con él es múltiple". ¿Existe, entonces, la posibilidad de desviarse en este viaje hacia Las Cruces y visitar al escritor chileno? "Me encantaría. Sé que él está tranquilo ahora, a la edad que tiene, y quizá no hay que ir a molestarlo", advierte, sin embargo.
Leer mucho
Ricardo Piglia cuenta que cada vez que se encuentra con un autor que lo impresiona, recuerda exactamente las circunstancias que lo rodean cuando se enfrenta a una obra de ellos. Así le pasó con Parra, y también con Manuel Rojas.
Y aunque no se acuerda del título de la obra, sí rememora que era de tapas rojas y editado por Zig Zag. "Yo lo leí en los "60 y estaba escrito desde un lugar, también como Nicanor, ajeno a las circulaciones estereotipadas de lo que es un escritor", afirma, explicando que esto se debe a que "es un hombre que viene de la cárcel, de las tradiciones populares".
Desde su perspectiva, este tipo de textos y autores ayudan a cualquier escritor joven "a pesar que no es necesario tener una herencia o un espacio demasiado cristalizado para poder ser escritor. Es decir, cualquiera puede, si es capaz de mantener esa vocación".
Esta es precisamente su receta para los autores que comienzan a dar sus primeros pasos en la literatura. Sin embargo, con todos los referentes que hoy por hoy existen, ¿cómo no caer en el plagio?
"Hay un problema con qué los escritores roban, o robamos. No robamos las historias, sino que la voz, los tonos", dice Piglia, explicando que "la gente se equivoca cuando cree que la influencia tiene que ver con las anécdotas o con las historias, porque en verdad vienen por el tono". Y ejemplifica con Gabriel García Márquez, y su capacidad de convertir algo cotidiano en algo surrealista; un aspecto que muchos han utilizado en sus escritos, aunque sin llegar a hacerlo igual que el colombiano.
Pero para evitar ser influenciado por un solo autor, los jóvenes deben leer mucho "para no quedarse fascinado por un tono", sobre todo porque algunos de ellos son "muy contagiosos".
Ricardo Piglia recibirá 60 mil dólares como parte del premio. Mismo monto que recibiría María Beatriz, hija del escritor brasileño Rubem Fonseca, quien ganó el año pasado. Debido a su estado de salud, y a su especial interés por mantener el anonimato, el carioca no vino a recibir el galardón el 2012 y por eso se realizará una ceremonia conjunta.
Un admirador de Juan Villoro
Tras enterarse que el escritor mexicano Juan Villoro inaugurará Puerto de Ideas 2013 este viernes, no pudo evitar los elogios. "Yo lo admiro mucho. Tiene una escritura personal que me parece muy fascinante, porque ha encontrado una manera de construir un tono propio que está en sus novelas, en sus crónicas e intervenciones públicas", afirma; agregando que "es uno de los escritores latinoamericanos que con más claridad tiene una voz propia. Así que me alegro mucho que esté acá". Villoro ya se encuentra en Chile participando de otras actividades.