Rodrigo Gallardo reconoce que su primer acercamiento con el tenis de mesa tuvo que ver con la molestia que le causaba ver a sus compañeros jugar en el colegio y que él no fuera considerado dentro de los buenos. Es más, recuerda que "siempre me ganaban, lo que me enfurecía y frustraba". Sentimientos que más tarde le hicieron conversar con su papá y solicitarle que lo inscribiera en un curso para aprender una disciplina que popularmente se conoce como "ping-pong".
Y así llegó al club Los Placeres, recinto que a dos cuadras de su casa vio crecer a un chico que tras un par de meses no sólo le ganaba a sus amigos en los recreos del Carlos Cousiño, sino también se alzaba como una de las grandes promesas de la actividad en Valparaíso y la V Región.
Han pasado cuatro años desde su inscripción en el club Los Placeres y el inicio del trabajo junto a los profesores Santiago Abarca y Pablo Riveros. "La evolución ha sido grande y siento que rápida", admite, asumiendo que sus progresos han sido evidentes con los éxitos conseguidos a nivel local, nacional y también internacional.
Desde la temporada 2011 que es seleccionado escolar de Valparaíso, conquistando hace dos semanas el título chileno de su categoría en el Centro de Alto Rendimiento en Santiago. "Hoy creo que mi nivel es bueno, faltan algunas cosas, pero tengo mucha confianza en lo que pueda venir deportivamente gracias al trabajo y la constancia que estoy poniendo en cada entrenamiento", sentencia.
Pese a su poca edad, Gallardo tiene los objetivos bastante claros. Y se entusiasma al señalar que "quiero llegar a una Selección Chilena… ya le he ganado a varios jugadores que componen el equipo y creo que esa posibilidad se me puede dar en cualquier momento".
"El nivel del tenis de mesa en Valparaíso es cada vez mejor. Hay muchos chicos que vienen súper fuerte y han demostrado que pueden ganarle a los más experimentados", agrega, destacando que tras finalizar sus actividades en este 2013 se enfocará en una pretemporada para el próximo año "dar el gran salto".
LIBROS VS. DEPORTE
Como le sucede a la gran mayoría de los deportistas que son de alto nivel o pretenden entrenar para ello, la relación entre la práctica de la disciplina deportiva (tenis de mesa) y los estudios no siempre es sencilla. "Se complica porque cuando uno tiene que competir tiene que ausentarse de las clases y a la vuelta te encuentras con un montón de pruebas que se deben desarrollar para no quedarme atrás respecto de mis compañeros", admite, aunque con la misma certeza asume que en este punto el apoyo de la familia es clave: "Todo se hace más fácil porque en todo instante siento el respaldo de ellos".
De todas formas, Rodrigo Gallardo derrocha optimismo. El joven es la gran promesa del tenis de mesa regional y carga con una ilusión que baja desde el cerro Los Placeres y pretende copar cada rincón de Valparaíso.