El crecimiento en las expectativas vitales de los chilenos es sin duda una buena noticia para todos quienes tendrán más años para disfrutar de su vida y de sus familias. Pero también representa desafíos no menores, especialmente en el plano de la salud pública. Uno de ellos es la creciente prevalencia de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer, que corresponde al aumento en el número de personas mayores, y que por su relevancia epidemiológica se ha transformado en uno de los principales desafíos para la comunidad científica.
Los más importantes centros de neurología y neurociencia del planeta están de cabeza buscando herramientas que permitan combatir o incluso curar estas enfermedades. Y en esa cruzada participa también un núcleo científico que funciona en Valparaíso, en los laboratorios de la Escuela de Medicina de la UV.
Allí, un grupo de jóvenes investigadores están desarrollando iniciativas de medicina traslacional, es decir, combinando la investigación científica con la práctica clínica, que buscan tanto un remedio para esta enfermedad como una mejora en la calidad de vida de las personas que la padecen.
"La idea es integrar el conocimiento que surge de la investigación fundamental, preclínica y clínica, para explorar nuevos blancos terapéuticos y desarrollar estrategias regenerativas y órgano protectoras adaptadas al paradigma médico actual", señala René Quilodrán, doctor en Neurociencia, especialista en enfermedad de Parkinson (EP) y director del Laboratorio de Neurofisiología de la UV, donde encabeza un grupo de trabajo que, en colaboración con el prestigioso Stem-cell and Brain Research Institute (SBRI) de Lyon, en Francia, desarrolla dos investigaciones paralelas que podrían revolucionar la lucha contra la EP.
Detección temprana
La primera, que se originó gracias a un fondo del Concurso de Iniciación en Investigación de Fondecyt, consiste en evaluar los procesos cognitivos en las primeras y últimas etapas de la enfermedad de Parkinson, a través de señales de electroencefalografía (EEG), evaluación clínica y parámetros de comportamiento. De esa manera, el equipo -que integran también la ingeniero biomédica Laura Viñales y los doctores Francisco Castilla y Nicolás Rodríguez-, busca identificar marcadores electrofisiológicos que permitan detectar de manera temprana la presencia de una lesión dopaminérgica subyacente, que es la causante de la EP. La identificación de estos biomarcadores, relacionados específicamente con el deterioro cognitivo en la fase inicial, facilitará el diagnóstico y permitirá educar a los pacientes y familiares sobre el pronóstico, para permitir decisiones informadas sobre los riesgos y beneficios de las intervenciones terapéuticas.
Células madre
Al mismo tiempo, un equipo del Laboratorio de Biología Molecular de la Escuela de Medicina, dirigido por el doctor Pablo Olivero, está colaborando con los científicos del SBRI en un ambicioso proyecto que, a partir del cultivo de células madre, busca "fabricar" neuronas que sean capaces de reemplazar a las que resultan destruidas por la EP.
"Estas investigaciones han sido posibles gracias a un proyecto denominado Eco/Sud, que ganamos en diciembre de 2012 y que permite que investigadores, médicos y estudiantes chilenos puedan viajar al SBRI para conocer y participar de las investigaciones en el campo de la neurociencia", señala el doctor Quilodrán, quien por estos días se encuentra justamente en Lyon, en compañía de Ricardo Ramírez, estudiante del doctorado en Ciencias, presentando el resultado de sus avances frente a sus colegas franceses, y que en las próximas semanas hará lo mismo en el Ernst Strüngmann Institute (ESI) for Neuroscience in Cooperation with Max Planck Society, en Fráncfort, Alemania.
Calidad de vida
Claro que el trabajo de este grupo no se limita a estos proyectos. Conscientes de que falta tiempo para que estos avances se traduzcan en cambios efectivos para los pacientes, el equipo del Laboratorio de Neurofisiología está trabajando también en una serie de iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida de las personas que padecen la EP, a partir de un abordaje integral y multidisciplinario, respaldado a la vez con datos y evidencia científica obtenidos bajo estándares internacionales.
"Estamos trabajando coordinadamente con el Servicio de Neurología del Hospital van Buren, que dirige el doctor Juan Eurolo, para aprovechar nuestros conocimientos en neurociencia, neurofisiología e ingeniería biomédica en el tratamiento integral de las personas, específicamente de los pacientes del Policlínico de Parkinson. Esto significa, por ejemplo, trabajar no solo con médicos sino también con especialistas de otras disciplinas, como fonoaudiólogos o kinesiólogos. O hacerse cargo, además, del problema de la depresión: uno de cada cinco pacientes de EP también manifiesta depresión, y eso no corresponde a una actitud negativa sino que se trata de una característica propia de la patología, porque el Parkinson no es solo una enfermedad motora, también es una enfermedad cognitiva", señala el doctor Quilodrán.
"Estamos trabajando con profesionales de distintas disciplinas, para ofrecer a los pacientes un tratamiento integral, que represente una mejora en su calidad de vida".
Dr. René Quilodrán,
académico UV.
Núcleo científico
Más allá de los avances que están logrando en cada uno de sus proyectos, el director del Laboratorio de Neurofisiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso valora también la creación de este núcleo de investigación científica aplicada, establecido en la región pero de alcance nacional e internacional, basado en la cooperación y el traspaso de información entre especialistas, tanto clínicos como investigadores, de distintas disciplinas. "Me parece importante destacar que se trata de un proyecto de científicos jóvenes, establecido y desarrollado en una universidad pública, y que hemos contado con un enorme apoyo del decano de Medicina, doctor Antonio Orellana, y del director de la escuela, doctor Cristián Salazar, para tratar de implementar cambios y avances concretos para beneficio de los pacientes del sistema público de salud", explica Quilodrán.