la presión de los padres puede ser dañina para los adolescentes
familia. Un estudio advierte que el control psicológico puede afectar la independencia y las relaciones de los jóvenes en su adultez.
La adolescencia es una etapa compleja que dificulta la cercanía y el equilibrio en la relación entre padres e hijos, por lo que cualquier factor negativo puede incidir en el futuro de los jóvenes.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Virginia sostiene que el control psicológico de los padres, ya sea a través de la manipulación o la presión indebida, puede alterar el futuro comportamiento de los adolescentes y provocarles daños a largo plazo.
La investigación, publicada en la revista Child Development, da cuenta de un análisis a 184 jóvenes. Los resultados indican que cuando los padres ejercen una presión excesiva, a los chicos les cuesta mantener un grado saludable de independencia, en especial durante sus relaciones sentimentales.
detalles del estudio
Los voluntarios describieron el tipo de presión que recibieron de sus padres. Por ejemplo, algunos dijeron que "si tú realmente te preocuparas por mí, no harías cosas que me preocuparan". Mientras, otros cortan la conversación con los hijos cuando ellos no los miran directamente a los ojos.
El equipo de investigación también evaluó otras capacidades de los jóvenes en cuanto a su autonomía, tales como su capacidad de razonar, su identidad y su nivel de confianza.
presión psicológica
Los autores de la investigación evaluaron si el mayor uso del control parental psicológico puede obstaculizar el desarrollo de los adolescentes en cuanto a su autonomía para establecer relaciones.
El control psicológico involucra sentimientos de culpa, la falta de cariño, la generación de ansiedad y otras tácticas de manipulación psicológica destinadas a controlar las motivaciones y comportamientos de los hijos.
"Estas tácticas pueden presionar a los adolescentes a tomar decisiones en función de las necesidades y motivaciones de sus padres en lugar de los suyos", advierte Barbara A. Oudekerk, autora del estudio, en un comunicado difundido por la Universidad de Virginia.
La especialista añade que si los jóvenes no ponen en práctica su autonomía, podrían ser influenciados por terceros. "Sin la oportunidad de practicar la autodirección, es decir, la toma de decisiones independientes, los adolescentes podrían ceder las decisiones a sus amigos y socios", indica Oudekerk.
Incluso, el equipo sostiene que los adolescentes que no desarrollan la capacidad de ser autónomos y adquirir cercanía en sus relaciones pueden derivar en una hostilidad para afirmar su atuoridad frente a los pares o sufrir de intimidación en la vida posterior.
"Los padres suelen temer las consecuencias nocivas de la presión de los pares en la adolescencia. Nuestro estudio sugiere que los padres pueden promover o socavar la capacidad de los adolescentes para hacer valer sus propios puntos de vista, por eso se cierran a tener amigos y parejas románticas", agrega Oudekerk.
Además, los adolescentes que aprenden -o dejan de aprender- cómo expresar independencia y cercanía con amigos en la adolescencia llevan estas habilidades en las relaciones entre adultos", enfatiza la experta.
El estudio, al igual que otros, pone de relieve la importancia de una relación sólida entre los adolescentes y los padres para evitar perjuicios en el futuro.
La violencia física y psicológica incluso puede frenar el desarrollo cognitivo en la infancia. Una investigación realizada por expertos del King's College de Londres y la fundación FIDMAG de Barcelona sostiene que las víctimas de maltrato infantil merma el volumen de sustancia gris en el cerebro, lo que da paso a trastornos del aprendizaje.
Otro estudio realizado por el Observatorio Europeo de las Drogas y la Toxicomanía recalca que los hijos de padres autoritarios y permisivos son más propensos a desarrollar una adicción al tabaco, alcohol y drogas.
Un estudio publicado en la revista Clinical Psychological Science afirma que las mujeres adolescentes están más predispuestas a padecer depresión debido al estrés del entorno. Las discusiones con familiares o amigos gatillan este efecto en las niñas, y por ello los especialistas aconsejan que las adolescentes no se obsesionen con un problema (no darle tantas vueltas a una situación) y vivan este proceso difícil de manera más calmada.
Pamela De Vicenzi