Aun cuando en la actualidad existen vacunas seguras y eficaces para prevenir su contagio, en nuestro planeta fallecen unas 400 personas cada día por culpa del sarampión.
Si bien esta enfermedad infecciosa afecta tanto a niños como a adultos, se la asocia más con la infancia, ya que es en ese período de la vida cuando tiende a generar más complicaciones. Incluso, en algunas zonas geográficas alcanza ribetes de epidemia, por lo que internacionalmente es considerada una de las principales causas de muerte en menores de un año.
Propagación
El sarampión es un mal muy extendido y está presente por igual, y con similar impacto, en todos los continentes y en países con muy diferentes índices de desarrollo socio-sanitario, como Alemania, Egipto o China, por mencionar solo algunos.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud ha reportado la existencia de 23 genotipos o variantes genéticas del virus responsable de su transmisión, el cual posee una elevada capacidad de propagación, ya sea por contacto directo con secreciones provenientes de nariz, boca o garganta de la persona infectada o por el intercambio de gotitas de saliva expulsadas al aire a través de estornudos, tos o la simple respiración. Además, su agente patógeno tiene gran resistencia, ya que puede permanecer activo hasta dos horas en distintos tipos de superficie.
Baja letalidad
Su alta morbilidad más que la mortalidad es lo que caracteriza al sarampión, ya que su tasa de letalidad no supera el uno por ciento, excepto en países con altos niveles de malnutrición infantil y servicios sanitarios deficientes, donde la cantidad de muertes que provoca puede incluso superar el diez por ciento.
Entre los años 2000 y 2013, la vacuna contra el sarampión evitó 15,6 millones de muertes en todo el mundo, lo que la convierte en una de las mejores herramientas en salud pública. A la fecha, el 84% de la población infantil mundial recibe al menos una dosis de vacuna contra el sarampión antes de cumplir un año de vida.
"No cabe duda que el sarampión merece toda la atención de las personas y de las autoridades de salud. Sin embargo, si se adoptan las medidas adecuadas ésta no es una enfermedad tan grave. Es mucho menos grave que la meningitis, por ejemplo, cuya tasa de mortalidad llega al 25% de los casos. Lo que sucede es que es muy contagiosa y cuando se da especialmente en niños recién nacidos o muy pequeños, a veces genera complicaciones que pueden provocar la muerte", explica el pediatra infectólogo Rodrigo Vergara Fischer, especialista del Hospital Carlos van Buren y profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.
El sarampión también es de cuidado cuando infecta a adultos jóvenes aquejados al mismo tiempo de otros males y a mujeres embarazadas, por los riesgos que puede tener para el feto, pero, al igual que en la mayoría de los casos comunes, si se trata bien y de manera oportuna no suele provocar mayores consecuencias.
Nuestra realidad
En Chile, al igual que en casi la totalidad de América Latina y Norteamérica, el Sarampión hoy se encuentra absolutamente controlado. Al punto que desde hace más de una década nuestro país ostenta la calidad de "territorio libre" de esta enfermedad, ya que -salvo algunos casos esporádicos- desde hace más de 20 años que no registra brotes de magnitud ni decesos.
Lo anterior es resultado de exitosas campañas públicas de prevención que comenzaron a ser implementadas a partir de 1964, cuando se introdujo una vacuna que comenzó a ser suministrada -en forma obligatoria- a todos los niños a partir del octavo mes y antes del primer año de vida.
"Eso permitió que Chile redujera el número de casos de sarampión, que en promedio superaban los 40 mil al año, de los cuales fallecía entre el uno y el diez por ciento de los afectados", acota el médico y docente de la UV.
A partir de 1990 se comenzó a usar la vacuna trivírica (contra sarampión, rubeola y parotiditis) y se aplicó una segunda dosis a todos los niños de primero básico. El impacto de esta medida fue tal que al poco tiempo se logró interrumpir la transmisión del sarampión en nuestro país, dejaron de registrarse casos y los confirmados en forma reciente solo corresponden a personas que lo contrajeron en el extranjero.
"En los últimos días ha habido un revuelo mediático ante la notificación de algunos casos, cuyo origen es externo. Al respecto, hay que tranquilizar a la población, porque gracias a las campañas Chile goza de un adecuado margen de protección. Pero para que ese margen se mantenga, no debemos descuidarnos, por lo que recomiendo a los padres que vacunen a sus hijos en los plazos establecidos por el ministerio y que especialmente lo hagan en octubre próximo, cuando se inicia la campaña 2015", asegura el doctor Rodrigo Vergara.
Dr. Rodrigo Vergara Fischer,