Estudiantes de la USM siguen en toma y no se ve solución
valparaíso. La institución aseguró que las 26 trabajadoras sin cuarto medio no serán despedidas, pero los alumnos exigen además el fin de la subcontratación.
Sin atisbo de solución se mantiene el conflicto en la Universidad Santa María, y la toma de la Casa Central sigue en pie, puesto que la Federación de Estudiantes consideró insuficiente la respuesta de la institución sobre la situación de 26 trabajadoras subcontratadas, cuya estabilidad laboral es incierta porque no tienen cuarto medio, y pese a que Recursos Humanos aseguró que no serán despedidas, no se pronunció sobre el subcontrato, que los alumnos buscan eliminar.
El director general de Comunicaciones de la USM, Hugo Villarroel, lamentó que la mesa de trabajo triestamental "se haya visto interrumpida por la toma del edificio A de Casa Central, iniciativa encabezada por un grupo de estudiantes, quienes optaron por una medida de presión que afecta no sólo el normal funcionamiento de la institución, sino que también el libre acceso para la comunidad en general. Lo paradójico es que lo hacen justificándose en diferencias que justamente deberían resolverse en una instancia como la Mesa de Trabajo, donde se había avanzado significativamente, tal como lo reconocen los estudiantes".
"desconocen acuerdos"
Respecto de esta declaración, el presidente de la Federación de Estudiantes de la USM, José Allende, enfatizó que "las mesas de trabajo no se vieron interrumpidas por la toma del edificio A, las mesas se quebraron el día lunes 6 de julio por el desconocimiento de los acuerdos anteriores y la toma se realizó el día jueves 9 de julio. Por otra parte, no fue un grupo de estudiantes, sino que la Federación de Estudiantes, a través de una decisión en asambleas por carreras, de radicalizar. El avance de las mesas lo valoramos, pero hoy se desconoce dicho avance".
En cuanto a la toma, Villarroel estimó que "este tipo de acciones, que incluyen la ocupación de parte de los recintos, no se condice con el espíritu de esta institución, ni con lo que debiese ser cualquier universidad. Solo deteriora el prestigio de la misma e inhibe las condiciones mínimas que garantizan un clima constructivo".
Sobre este punto, Allende consideró que "el prestigio de la universidad también se deteriora cuando ésta, por medio de su administración, permite que los trabajadores subcontratados lo hagan en condiciones indignas, con sueldos inferiores al mínimo y tratos desiguales a los que reciben los funcionarios de la universidad".