Restauración de la capilla Los Perales entra en su última fase
Quilpué. Equipo multidisciplinario participa en la restauración de uno de los últimos vestigios del siglo XIX, que será entregado en septiembre.
A sólo un mes de ser entregada oficialmente, la restaurada capilla Los Perales ha vuelto a traer la presencia del siglo XIX. Un equipo multidisciplinario trabaja afanosamente en la reposición de la techumbre con placas de acero importado de Estados Unidos y en los últimos retoques a la atractiva pintura que engalana el techo de pino oregón. La segunda semana de septiembre mostrará nuevamente su esplendor tras años de permanecer cerrada y en deterioro.
Atrás parecen haber quedado los años en que los constantes terremotos y el bandidaje que se apoderó de sus maderas nobles, la amenazaron con reducirla a escombros y olvido. Sus rejuvenecedores retoques han logrado retrotraer a la época en que la congregación del Sagrado Corazón, Padres Franceses, instaló un seminario de formación en Los Perales.
Su única nave recuperó su antiguo color palo rosa, que hace resaltar la belleza de una pintura en el techo. Su piso, tras años de palidecer con la frialdad del cemento, ha vuelto a ser de pino oregón, importado desde Canadá por la empresa maderera conconina Has. Su gran atrio -casi la mitad del templo- ha vuelto a lucir su esplendor y ya clama por los monjes que entonen cantos gregorianos.
Exprofeso, el revestimiento de las paredes dejó dos pilares con el ladrillo a la vista, como testigo vivo de lo que fue la constructibilidad de la época. Pero tal vez lo más simbólico, los mismos vitrales de antaño, han vuelto a lucir en las ventanas de medio punto después de más de una década de permanecer ocultos en ófricas bodegas.
Y el acceso al templo, lo que primero resalta a la vista, recuperó completamente su fachada original, y ganó una plazuela cubierta de piedra laja que en sí misma promete ser un atractivo para los visitantes. Y como la idea ha sido recuperar al máximo la originalidad del inmueble, su puerta de acceso conserva la madera de antaño y un vitral de rosetón y otro de medio punto que fue necesario volver a elaborar con especialistas, en base a diseños originales
Ana María Merino, arquitecto y vitralista, fue la creadora de este rescate artístico patrimonial que se observa en el acceso. "Es la primera vez que instalo un vitral en una iglesia y para mí tiene un sentido público y social bonito. El diseño no es mío, es el original de la capilla; yo estoy acostumbrada a hacer mis propios diseños y en ese sentido ha sido diferente e interesante por el rescate de la historia".
La profesional explicó que aunque no hay certeza del origen de los vitrales de la capilla Los Perales, por la técnica y el tipo de vidrio utilizado se cree que podrían ser de origen europeo, específicamente francés.
Hernán Varela, licenciado en arte y vitralista, repara en la conexión artística-histórica que ha dejado al descubierto la recuperación del templo. "Ha sido un proceso acucioso de investigación y de intervención mínima, rescatando lo más original de los vitrales existentes".
"Lo que los hace diferentes -prosigue el artista- es el valor histórico que tienen estos vitrales y el rescate del patrimonio cultural de la región, que es esencia de vida porque acá está parte de la historia de este pueblo. Esta va a ser una obra importantísima por el aporte que va a significar para la zona".
Para Aníbal Scarella, gerente de la empresa constructora a cargo de la recuperación, lo más trascendente de la obra es rescatar un edificio que en la práctica nos trae el siglo XIX a nuestros días.
"Los rescates arquitectónicos buscan resaltar los procesos constructivos de la época, las pinturas de la época, toda esencia de lo que significaron los desarrollos constructivos a través de la historia", puntualizó.
Y pese a que Scarella Construcciones tiene una presencia de 30 años en el mercado doméstico, nunca había asumido el desafío de restaurar un templo de estas características históricas. Y su gerente lo toma, de algún modo, como un reconocimiento a los Padres Franceses que no sólo desarrollaron una labor pastoral en toda la Región de Valparaíso, sino que formaron y ayudaron a la comunidad rural incluso en época de la Reforma Agraria.
Pese a ello, Los Perales no le resulta ajeno a Scarella. "La viña Los Perales (los inmuebles) también la recuperamos arquitectónicamente nosotros en su oportunidad, y ahora está en manos de la familia Batalla. Entonces, para nosotros participar en este rescate no fue por un motivo tan económico sino más bien emocional de terminar como un broche de oro nuestra presencia en esta zona".
Y pese a que en la frustrante primera licitación no pudo participar porque estaba en el extranjero, por esas cosas de la vida, el fracaso del primer intento dio paso a un nuevo llamado, ahora sí, en que no pudo estar ausente. "No lo pensé dos veces, pese a las pocas lucas que eran, porque es un presupuesto súper ajustado, eso no importaba. Porque no todo es pensar en las lucas y uno tiene que pensar también en las indulgencias", acota entre risas Scarella.
Elena Novoa y Verónica Lara tuvieron la meticulosa misión de recuperar la pintura del techo que, según el traspaso oral décadas tras décadas, corresponde a un pintor italiano de principios del siglo XX. "Este es un tremendo desafío porque es una pintura sobre una bóveda que ha estado bastante dañada y por tanto hay que aplicar los procedimientos pertinentes", destaca Elena Novoa. "Lo más difícil ha sido el proceso de limpieza porque son muchos años que no se había hecho algún tipo de restauración", sostiene Verónica Lara, mientras pasa meticulosamente un paño con disolventes sobre una madera que, de seguro, tiene cerca de ocho veces su edad.
Ernesto Curti
260 millones
de pesos demandó la restauración de la Capilla Los Perales. Los fondos provienen del Gobierno Regional de Valparaíso y de la Municipalidad de Quilpué.
2008 fue el año en que
la Capilla Los Perales fue declarada Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico. El 2013 se inició su restauración y este año, en septiembre, culminará el proceso,