"Valparaíso no acepta premios de consuelo". Categórica afirmación del diputado DC por esta ciudad, Aldo Cornejo, para referirse al ofrecimiento del titular del futuro Ministerio de la Cultura, Ernesto Ottone, quien postula que la anunciada Secretaría de Estado tenga su sede en Santiago. Para Valparaíso, Ottone promete una subsecretaría que ocuparía las dependencias actuales de la sede del Consejo de la Cultura y las Artes. Inaceptable "premio de consuelo". ¡Qué duda cabe!
Este Consejo, germen del futuro ministerio, fue creado por la Ley 19.891, patrocinada y promulgada en el Gobierno del Presidente Ricardo Lagos. Articulador fundamental de la iniciativa fue el destacado académico porteño, Premio Nacional de Ciencias Sociales, Agustín Squella.
Todo indicaba que el futuro Ministerio, que será creado por una propuesta legal que se comenzará a considerar en el Congreso en octubre, quedaría en Valparaíso, ajustándose al espíritu de la mencionada ley que disponía que el Consejo tendría como "domicilio y sede" esta ciudad.
Sin embargo, Ottone ha expresado el propósito de radicarlo en Santiago, contrariando todo lo ya avanzado y, de paso, dando una señal muy negativa en cuanto al proclamado ánimo descentralizador expresado reiteradamente por el actual Gobierno, respondiendo a las fuertes demandas regionalizadoras de todo el país.
Al respecto, en una posición políticamente transversal, han expresado su rechazo a la propuesta de Ottone los senadores regionales Ricardo Lagos Weber (PPD) y Francisco Chahuán (RN). Ambos han insistido en el golpe a la descentralización que significaría radicar el nuevo Ministerio en la capital.
Es cierto que muchos ministerios requieren de cercanía física entre sí y especialmente con la sede del Ejecutivo. No es el caso de un Ministerio como el que se ocupará de la cultura, llamado más que nada a fijar políticas y desarrollar estímulos en torno a la creación, buscando nuevos valores y rescatando aquellos del pasado.
Y es precisamente Valparaíso donde se da un entorno propicio para la tarea cultural, convocante más allá de los centros del poder y de las cúpulas políticas.
Una visión superior, objetiva, amplia, convocante para un aspecto tan importante como es la cultura, tiene su mejor espacio de trabajo en Valparaíso, lejos de la agobiante burocracia y junto a los valores que significan sus universidades, sus tradiciones e instituciones, su historia y la ciudad misma que, más allá de problemas, ha logrado situarse en el catálogo de los Patrimonios de la Humanidad.