¿Se considera usted una persona segura de sí misma, ganadora, inteligente, audaz, intuitiva, proclive al riesgo y a la toma decisiones, con opinión sobre casi todo tema y con alto poder de convencimiento sobre terceros?
Estamos hablando de una persona "alfa", con dotes naturales de líder, dada su clara orientación a la acción (más que a los diagnósticos o el análisis). Personas a las que no les molesta tomar nuevas responsabilidades y no se estresan por ser permanentes tomadores de decisiones, y que se hacen adictos a la adrenalina que provoca el riesgo de las acciones tomadas.
Esas características de superestrella hacen que los "alfa" sean siempre buscados para convertirse en altos ejecutivos de sus organizaciones, al mismo tiempo que pueden llegar a ser una pesadilla y un factor de frustración para quienes deben trabajar con ellos, e incluso a intimidar a sus colegas. Los "alfa" son personas que están más dispuestas a mandar que a servir, a ser independientes más que a colaborar, a hablar más que escuchar. Son normalmente impacientes y testarudas, piensan y actúan rápido, al tiempo que exigen altos niveles de desempeño a quienes trabajan con ellas. Están más interesados en aprender del negocio y de las tecnologías que conocer a las personas que los rodean.
Consejos
Lo anterior sugiere que los "alfa" pueden mejorar algunos aspectos de su natural forma de ser, y diversos estudios les entregan consejos para llegar a ser los líderes positivos que toda organización requiere, tales como:
1) Autocrítica antes de la crítica. Un "alfa" no tiene problema en asumir la responsabilidad por su propio desempeño, pero les cuesta aceptar que ellos también tienen alguna responsabilidad en los yerros de sus colaboradores. Ante un incumplimiento de su equipo de trabajo, es más recomendable comenzar con un autodiagnóstico, preguntándose qué debo hacer distinto para que mi equipo mejore, antes que buscar responsables y asignar culpas.
2) Comparta algo de su éxito. Un "alfa" genera frecuentemente nuevas ideas y proyectos. Aunque la idea sea suya, es recomendable que sus colaboradores sientan que han tenido alguna participación en su gestación, lo que mejora notablemente la efectividad del trabajo en equipo.
3) Sea más humano, muestre algunas debilidades. Un "alfa" que es capaz de reconocer sus limitaciones y pide ayuda para mejorar, sobre todo en el ámbito de las relaciones humanas, logra efectos muy positivos en sus equipos de trabajo. Es una tarea difícil, pero plantear preguntas como "¿de qué manera te puedo ayudar?" o "¿cómo me puedo relacionar mejor contigo?", ayuda significativamente a mejorar las relaciones con sus colaboradores, posibilitando el diálogo e incluso llegando a limar asperezas del pasado.
4) Exprese sus emociones. Generalmente, un "alfa" elude las emociones, porque no las puede controlar, o porque piensa que ellas nublan la lógica de sus decisiones. Sin embargo, ese bloqueo de las emociones no hace otra cosa que generar una olla a presión, que revienta en forma de ira, cuando se rebasa su límite de stress, provocando el temor y desconfianza en quienes trabajan junto a él. Parece mejor que los equipos de trabajo reconozcan y entiendan las emociones que mueven a su líder, antes que recibir la sorpresa de una reacción no proporcional que no logran comprender del todo.
5) Evite actuar como un personaje. Todas las personas, incluyendo a los "alfa", adoptamos modelos de comportamiento para hacer frente a situaciones tensionadas. Algunos de esos patrones se originan en nuestras propias familias, o en nuestro grupo social de referencia, y los usamos inconscientemente porque -en su oportunidad- significaron la obtención de buenos resultados. En momentos álgidos, algunos "alfa" toman el rol de padre para guiar y regañar. Otros, asumen el rol de tutor para supervisar y disciplinar, o el rol de mediador para manipular a su equipo, o -incluso- algunos asumen el papel de líder evangelizador, para mostrar el camino ético a seguir. Los colaboradores, y los propios colegas, pronto desenmascaran el rol que juega el "alfa" y terminan por criticar -e incluso, burlarse- del personaje, perdiendo imagen y credibilidad y enrareciendo la dinámica del equipo de trabajo.
6) Critique, pero también elogie. Frecuentemente, los "alfa" se sienten incómodos al elogiar o agradecer a su personal por un trabajo bien hecho, tal vez porque temen que ello sea malinterpretado, causando un relajo no deseado, o alimentando una petición de aumento de sueldo, o simplemente porque puede ser tomado como una señal de debilidad. Aunque lo anterior fuese cierto, las personas normalmente reaccionan defensivamente cuando reciben una crítica, y muchas veces desconfían cuando reciben un elogio. Parece mejor equilibrar las críticas con los elogios, cuando se quiera entregar feedback a los colaboradores.