Cuando aún no se terminaba de lamentar el incendio que la noche del jueves pasado consumió diez casas en el característico cerro Arrayán de Valparaíso, un nuevo siniestro daba cuenta de una antigua edificación de calle Las Heras con Colón, en una zona de conservación patrimonial. Esto viene a confirmar la vulnerabilidad de una ciudad como Valparaíso, tanto por la acción del fuego en sus casas y edificios, como por sus incendios forestales, de catastróficas consecuencias; de modo que aunque parezcamos majaderos, debemos referirnos, una vez más, a este sino trágico de nuestra ciudad. Sabemos que los incendios son prácticamente parte de nuestra cultura y que han acompañado a la ciudad desde sus comienzos, con eventos tan destructivos como el que justamente dio nacimiento al Cuerpo de Bomberos de Valparaíso en el año 1851.
Así, suma y sigue. Los libros de guardia de nuestras esforzadas compañías voluntarias se hacen casi insuficientes para dar cuenta de todas las emergencias a las que son convocados.
Tal es la fama de esta ciudad por sus incendios, sobre todo en su traza urbana, y por sus casas una encima de la otra en sus cerros, que alguien la calificó como "incendiópolis", fruto de lo cual debemos asimilar de mejor forma las lecciones, pues estamos expuestos a la acción, o más bien dicho, a la destrucción del fuego, más que en otras latitudes. Casas y edificaciones vetustas e instalaciones eléctricas también muy antiguas, la proximidad de las viviendas, las a veces no tan eficientes redes de agua contra incendios, van sumando elementos en contra. A todos ellos se agrega la difícil topografía, que también influye en los intrincados accesos viales, que impiden el arribo oportuno de bomberos y equipos de emergencia. Y si en las últimas décadas sumamos el peligro de los siniestros forestales, que han derivado en pavorosas emergencias de viviendas, es motivo de recabar una mayor acción preventiva de la que estamos acostumbrados a percibir, incluyendo controles más exigentes en los recintos antiguos, y una labor de desmalezado más activa por parte de las autoridades y la formación de conciencia en la ciudadanía para su efectiva colaboración, toda vez que se ha anunciado que no existen los recursos gubernamentales suficientes para abordar esta ineludible tarea.