Cristián Rojas M.
Durante su reciente exposición ante la Corte Suprema, como candidato a integrar la quina en la que finalmente fue elegido por la Presidenta Bachelet para ser el fiscal nacional, el ex fiscal regional Jorge Abbott destacó que su gestión en Valparaíso estuvo marcada "fundamentalmente por haber perseguido intensamente los delitos de corrupción, los delitos contra la propiedad y haber realizado investigaciones que tuvieron mucha importancia pública por las personas que se encontraban afectadas por las mismas".
Asimismo, en esa presentación del 2 de octubre ante el máximo tribunal, Abbott recordó que en la Quinta Región "desarrollamos investigaciones relativas al uso de las asignaciones parlamentarias por parte de los diputados, el uso de los programas de generación de empleo en campañas políticas, el fraude en el gobierno regional, etcétera".
Jorge José Abbott Charme, abogado de 67 años, actualmente se desempeña como director ejecutivo nacional del Ministerio Público, y antes de llegar a ese puesto fue el primer fiscal regional de Valparaíso, cargo que asumió el 2 de enero de 2003 y en el cual permaneció hasta el 27 diciembre de 2010, siendo el que dio inicio al nuevo sistema judicial penal tras la reforma procesal que entró en vigencia en la Región en diciembre de 2003, y donde tuvo 11 meses para poner en marcha la institucionalidad y las funciones de dirigir la investigación, ejercer la acción penal pública y sustentar dicha acusación en los juicios orales.
En una entrevista publicada en este Diario el 12 de enero de 2003, a pocos días de haber asumido como fiscal regional, Abbott detalló que ingresó "a la Escuela de Derecho de la Universidad Católica, en Valparaíso, en el año 68. Egresé el año 72, en un curso en que tuvimos algunas ventajas y pudimos hacer la carrera en menos tiempo de 5 años, como 4 años y medio. Hice mi práctica el 73 y mi licenciatura la obtuve el 74. Pero después del golpe de Estado yo me quedé trabajando en una empresa como jefe de personal y luego estudié administración, así es que me recibí el año 79, cuando hice mi memoria".
Su inicio en el servicio público fue en la Corporación de Asistencia Judicial, donde estuvo 20 años y llegó a ser director, participando en la elaboración de la reforma procesal penal. Allí tuvo "varios casos que han sido muy emblemáticos. Los abogados nuestros defendieron el caso de los sicópatas de Viña. Por ejemplo Humberto Fuentealba, gran penalista de la Corporación, tuvo la defensa de alguno de ellos (...). El caso del profesor Arancibia, muy impresionante".
Consultado en aquella ocasión acerca de los atributos que debe tener un fiscal, Abbott consideró "primero, tener una gran capacidad para trabajar en equipo. El fiscal debe tener la capacidad de interactuar junto con las policías, con todos los auxiliares del propio Ministerio Público. Creo que ese es uno de los atributos fundamentales".
Otra característica que a su juicio deben tener los fiscales es "ser muy prudente. Los fiscales van a tener un poder que los hace necesariamente tener que actuar con mucha cautela. Las decisiones que van tomando los fiscales en definitiva van afectando derechos importantes de las personas. Cuando un fiscal toma la decisión de formalizar una investigación en contra de alguien es porque le está atribuyendo una participación en un hecho ilícito y eso es un acto de mayor importancia para la persona que se ve afectada frente a esa decisión. Además de ser prudente, debe ser lo suficientemente enérgico y valiente para hacerlo, sea quien sea la persona que se encuentre involucrada en esa situación".
Si bien en la citada entrevista, Jorge Abbott afirmaba no creer que Chile fuera un país corrupto, el ejercicio de su cargo de fiscal regional le fue demostrando que la realidad podía diferir de sus ideas preconcebidas.
Su primer caso emblemático, en el que se dedicó de lleno a investigar una situación que ponía en tela de juicio la probidad de políticos regionales, fue el desvío de fondos del Programa de Generación de Empleos, para financiar candidaturas, conocido en un primer momento como "Empleos brujos", y luego como el Caso PGE, investigaciones que se realizaron en Valparaíso, Viña del Mar, San Antonio, Quillota y San Felipe, San Antonio, Catemu, Llay Llay, Papudo y Putaendo.
En dicho caso indagó las responsabilidades de diversos personeros políticos de la Concertación, siendo los más destacados los diputados PPD Laura Soto y Rodrigo González, quien finalmente no fue formalizado y recordó ayer, sobre el desempeño de Abbott en aquel caso, que "él cumplió su labor en forma plena e hizo justicia, aclaró que en mi caso no hubo ninguna situación que pudiera tener ningún carácter de irregularidad. Cumplió plenamente su labor y me parece que es lo que tiene que hacer un fiscal. En un caso que tuvo un grado de motivación política, él estaba obligado a investigarlo, y cumplió completamente con las normas de ponderación, de justicia y de investigación que se requerían".
De esa investigación, que empezó en diciembre de 2005 y terminó con varios condenados, el propio Jorge Abbott recordó, en una entrevista publicada en este Diario el 26 de diciembre de 2010, cuando concluyó su gestión como fiscal regional, que "más que con un parlamentario en particular, la mayor dificultad de esa investigación tuvo que ver con que la Cámara de Diputados acordara entregar la información que estábamos pidiendo. En un minuto hubo alguna duda sobre el particular, hubo alguna resistencia, y yo creo que ese momento fue relativamente complejo, pero se superó con la muy buena disposición del entonces presidente de la Cámara de Diputados y de todos los comités. Ese fue el momento más complejo, pues existió la duda si nos iban a entregar la información que estábamos pidiendo".
En la otra vereda política también hubo un bullado caso de corrupción que estuvo a cargo de Abbott y que involucró a parlamentarios de otras regiones, pero que cayeron bajo la jurisdicción del fiscal regional, debido a que la sede del Poder Legislativo está en Valparaíso.
Se trata del fraude al fisco que involucró a la diputada de la UDI Claudia Nogueira, cuya investigación partió a comienzos de 2009, tras conocerse pagos por más de 28 millones de pesos al asesor financiero de su esposo, el ex alcalde de Recoleta, Gonzalo Cornejo. Las millonarias asesorías canceladas nunca se realizaron y además se cuestionó un pago cercano a los dos millones de pesos por el arriendo de una sede de la parlamentaria en Recoleta.
En junio de ese año la Fiscalía Regional formalizó a Nogueira y en octubre de 2010 la diputada accedió a devolver los 30 millones de pesos al fisco y donó $5 millones a Un Techo Para Chile, además de firmar cada dos meses y durante un año y medio en la Fiscalía Local de Valparaíso, a fin de conseguir la suspensión condicional del juicio, con lo que el caso se cerró.
Otros investigados por el fraude al fisco mediante el desvío de asignaciones parlamentarias fueron el exdiputado RN Maximiano Errázuriz, quien fue formalizado por haber destinado a asuntos personales los dineros entregados por la Cámara como concepto de arriendos de sedes, y finalmente resultó condenado por ese hecho, mientras el exdiputado RN René Aedo, devolvió 10 millones de pesos al fisco y donó un millón a Un Techo Para Chile para lograr la suspensión.
Otro caso de fraude al fisco que cuya indagación la lideró Jorge Abbott fue el primero que hubo al interior del Gobierno Regional, investigación en la que el Ministerio Público investigó el extravío de 1.080 millones de pesos entre los años 2008 y 2009.
El 21 de diciembre de 2010, a pocos días de finalizar su gestión como fiscal regional, los imputados Lorenzo Leiva, ex jefe de la División de Administración y Finanzas del Gobierno Regional; Jaime Lorca, contador de la misma unidad, y Julio Medina, ex asesor del intendente Iván de la Maza, fueron formalizados por su participación en el desvío de fondos desde las arcas del Gobierno Regional de Valparaíso.
Otra investigación de gran notoriedad fue la que lideró Abbott en torno a una red de prostitución infantil, en la que menores denunciaron a funcionarios de la PDI porteña e incluso a un fiscal adjunto de Valparaíso. El caso concluyó con cuatro funcionarios de la PDI condenados por la justicia, uno de ellos a tres años de prisión efectiva.
Si bien todos los casos descritos tuvieron gran connotación y dificultad para investigar, en especial los relacionados con corrupción, en la entrevista de diciembre de 2010 en este medio, al concluir su gestión, Abbott consideró que los más complicados fueron "los casos del violador de Viña del Mar y el de Villa Alemana. Los delitos seriales son muy complejos porque las investigaciones lo son y uno ve que se van cometiendo nuevos delitos y los fiscales debemos dirigir la investigación y hacernos cargo de nuestras responsabilidades, especialmente cuando el imputado se escapó del Centro Penitenciario de Valparaíso".
Asignaciones parlamentarias: Congresistas de RN y la UDI terminaron condenados o devolviendo el dinero.
Fraude en la Intendencia: A pocos días de concluir su gestión como fiscal regional, tres funcionarios eran formalizados.
PGE: Hubo varios condenados en diversas localidades de la Quinta Región por el desvío de fondos hacia campañas.
Red de prostitución infantil: Cuatro funcionarios de la PDI fueron condenados por ser clientes de una red que operaba con menores de edad.
"Muchas veces hay afirmaciones de personas que aparecen vinculadas en investigaciones que parecieran estar destinadas a amedrentar, pero en verdad, los fiscales nos sentimos bastante seguros de lo que estamos haciendo" "Los fiscales no tenemos apoyo político de ninguna naturaleza y no debemos tenerlo, sino ser absolutamente ajenos. Y hay algunas investigaciones donde nosotros afectamos intereses transversales" "El país no puede tolerar que los fiscales, en tanto, representantes del interés de la sociedad, estén de rodillas frente a nadie" "Fueron momentos muy difíciles, sobre todo por las víctimas (de psicópatas en Villa Alemana y Viña del Mar). Yo tenía un contacto diario con casi todas ellas, porque entendíamos el temor que tenían y nos sentíamos responsables de su protección"
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