"Estamos siendo amenazados y presionados para que nuestra gente deponga nuestra movilización"
Sonia Alvarado
Secretaria regional de la Asociación de Funcionarios del Registro Civil
"No soy partidario de que haya amenazas, espero que me oficien las denuncias"
Gabriel Aldoney
Intendente regional
Recientemente la Cámara Nacional de Comercio, Servicio y Turismo (CNC) junto a la consultora JapiWorks publicó el Estudio Nacional de la Felicidad en el Trabajo. Al parecer a Chile le fue relativamente bien: lugar 27 del mundo, 6 en Latinoamérica, con 59% de chilenos declarando sentirse feliz en el trabajo.
Parece que a los chilenos ahora nos importa medirnos no solo en relación a cuánta riqueza material produce el país (PIB), sino también cuánto de aquella riqueza se traduce efectivamente en bienestar -cuán felices somos, por ejemplo, en el trabajo-. Aplaudo que esta encuesta ayude a cuestionar la visión ingenua de que "más riqueza es más felicidad". Para muestra un botón: según la encuesta los ricos que trabajan (segmentos ABC1) son menos felices que los pobres que trabajan (segmento D).
Considerar la felicidad como síntoma de desarrollo es sin duda un avance. Uno de los muchos temas que esta encuesta ayuda a visibilizar es que las personas felices aumentan la productividad de una empresa, mejoran sus valores accionarios y sus inversiones. Afortunadamente, este estudio visibiliza también algunas de las posibles razones por las que algunos chilenos se sienten más (o menos) felices. Por ejemplo, la infelicidad parece explicarse por pobreza de vínculos ("clima laboral"), o por relaciones de inequidad en salarios y oportunidades laborales.
Explicitar estas razones podría ayudar a prevenir el potencial peligro de utilizar un síntoma (felicidad) como criterio de desarrollo. Si la felicidad laboral se considera una ventaja competitiva, podríamos caer en querer mejorar el síntoma (la infelicidad) sin remediar la "enfermedad" (clima, injusticias, etc.). En el peor de los casos, podríamos llegar a ignorar las razones de la infelicidad y comenzar a combatir sus causas neurobiológicas.
Digo peor, pues ello deja abierta la puerta para hacer realidad el "Mundo Feliz" de A. Huxley: proporcionar drogas que generen felicidad (¿o productividad?), a pesar de las injusticias. No exagero. Un dato a considerar: en Chile tenemos récord de depresiones y de consumo de drogas legales antidepresivas que disminuyen la infelicidad. Tenemos récord de prescripción de psicoestimulantes para niños que no "producen" lo suficiente en el colegio. Quién podría dudar que es más fácil cambiar el cerebro de los niños que las prácticas pedagógicas en aula.
Esperemos no caer en lo que alguna vez cayó Brasil: manejar el hambre con medicamentos.
Joaquín Gaete
Profesor Escuela de Psicología UAI
A las 8 de la mañana ha entrado este vapor de los Estados Unidos. Poco más o menos es igual en porte y construcción al vapor "Wateree". Carga 10 cañones de gran calibre y 186 hombres de tripulación al mando del Sr. Nicholson. No trae noticias. En Talcahuano dejó a la "Resolución", bloqueando a dicho puerto.
Hemos informado de la gran fiesta que se realizará en el criadero municipal de árboles de Playa Ancha, el 9 de noviembre próximo, a beneficio del Museo de Valparaíso, la que tendrá los caracteres de un gran acontecimiento social, tanto por el concurso de distinguidas familias como la magnificencia que se le dará.
En la ceremonia de graduación de la Universidad Técnica Federico Santa María, el presidente del Consejo de la Universidad, don Agustín Edwards Eastman, anunció un plan de incorporación de nuevos alumnos y de extensión al país, creando escuelas de artes y oficios en las ciudades de Concepción, Santiago y Antofagasta.
La primera página de la edición de ayer de este Diario mostró una de las obras de destacados pintores que trabajaron en Valparaíso el siglo XIX y que serán subastadas hoy, en Londres, en la conocida casa Christie's, especializada en arte.
Corresponde esa imagen al francés Ernest Charton de Treville (1818-1878), quien residió en esta ciudad en la segunda mitad del siglo antepasado. El otro cuadro en venta es fruto de los pinceles de Thomas Somerscales (1842-1927), que ejerció la docencia en el antiguo Colegio Mackay de este Puerto y es autor de gran cantidad de trabajos que presentan la ciudad, paisajes de la zona central y, especialmente, temas marítimos, muchos relacionados con la Guerra del Pacífico.
La gran novedad de esta subasta es el mencionado cuadro, hasta ahora desconocido, del artista francés y que se denomina "Panorámica de la ciudad de Valparaíso", de 1860. Se conocen en nuestro medio otros trabajos de Charton de Treville, entre ellos "El cerro Alegre antiguo", de 1859, que presenta en primer plano un hermoso jardín, un grupo familiar y luego parte del puerto. Actualmente su paradero se ignora.
Para Carlos Lastarria, curador del Museo Baburizza y crítico de arte, la obra en subasta reviste gran importancia y es absolutamente desconocida en el medio nacional. En tanto, el trabajo en venta de Somerscales se denomina "Un valle en Chile, más allá de los Andes".
La labor en el país y en especial en Valparaíso de ambos creadores da cuenta de la atracción que tuvo nuestro medio para destacados pintores extranjeros, que encontraron acá nuevos paisajes, colores y visiones humanas que inspiraron su creatividad. Por otro, lado esos artistas junto a Rugendas, Monvoisin, Wood, Chassin Troubert, Eisele y Grashoff y Mochi, entre otros, hicieron escuela contribuyendo en forma decisiva al desarrollo de la plástica nacional.
A la vez, todos sus trabajos tienen un valor documental que nos permite mantener en el tiempo una visión de variados aspectos de nuestro pasado.
Las obras que hoy se subastan tienen mínimos de 70 mil y 40 mil libras esterlinas, respectivamente, para los trabajos de Charton de Treville y Somerscales.
Quizás sea demasiado tarde, pero habría sido importante para nuestro país adquirir esas obras, concretando así una consistente inversión en esa cultura y patrimonio de lo que tanto se habla hoy en día.
Nuestros politizados agregados culturales a las embajadas deberían tener, como parte de sus tareas, la obligación de estar alertas a oportunidades como la que significa esta subasta en Londres. Por otro lado, es factible que una alianza público-privada, trabaje en forma sistematizada en una labor de rescate de piezas de nuestra historia existentes más allá de nuestras fronteras.