Dentro de maraña de números y pesos que incluye el Presupuesto Nacional que actualmente conoce el Congreso, aparecen en detalle las cifras correspondientes a la Región, al igual que las proyectadas por el Ejecutivo para otras zonas del país. Dentro de esas cifras locales destacan aspectos que exigen análisis a fondo. Uno de ellos, la elevada cantidad destinada a gasto de funcionamiento del Gobierno Regional, que para 2016 totaliza 4.705 millones de pesos, 668 millones más que los consignados para este año, aumento del 16,5%. Del total, 3.100 millones de pesos son para pagos a personal, un 6,8% más que esos fondos del año actual.
Por otro lado, aparece una baja de $ 488 millones en los recursos locales del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR). "Claramente es una mala noticia", expresa el investigador Jaime Lindh, de la Fundación Piensa, puntualizando que la baja afecta en especial a los ítems de mayor grado de asignación por parte del Consejo Regional, como los Fondos Regionales de Iniciativa Local, que se recortan en un 8,4% y los de cultura, deporte y seguridad, que caen en 1,1%.
Comparando números el mismo analista expresa que el aumento en el gasto de personal del Gobierno Regional "daría pie a suspicacias si consideramos que (2016) es un año electoral". ¿Se justifica ese mayor gasto? ¿A quién beneficia?
Sobre el tema general el diputado DC por Valparaíso, Aldo Cornejo, señala que "todos los diputados, al menos de mi partido, tenemos la misma preocupación: que en algunos ministerios se aumente contratación de personal y se disminuya inversión en otros".
La baja en recursos regionales es fustigada tanto por parlamentarios oficialistas como opositores, como es el caso del diputado Osvaldo Urrutia. Afirma que el proyecto de Ley de Presupuesto es "inconsecuente porque el Gobierno habla de mejorar y profundizar la regionalización, y al mismo tiempo disminuye los recursos para Valparaíso".
A lo anterior se deben sumar las inquietudes compartidas de parlamentarios regionales sobre los recursos necesarios para resolver temas pendientes, como los efectos del gran incendio que afectó a Valparaíso, contaminación de la bahía de Quintero, salud, sequía y el drama de las familias que viven en campamentos.
En este cuadro, la baja local del FNDR en circunstancias que en otras regiones se aumenta es inquietante, pues junto a obras pendientes e incertidumbres sobre anuncios que no se concretan aparecen hechos que deben ser explicados, transparentados y rectificados. Uno de ellos es el señalado creciente gasto en administración y personal del aparato administrativo que no corresponde cuando la consigna oficial y la realidad llaman a apretarse el cinturón.