Pese a que la desconfianza pareciera estar instalada en el alma nacional, la Teletón 2015 logró superar la meta fijada, empinándose cerca de los $ 31.000 millones. Cuando las dudas cubren desde La Moneda hasta los estadios, pasando por el Congreso, la Iglesia o la Justicia y tocando también a empresas que ayudan a la entidad rehabilitadora, el logro de la Teletón es un decisivo aporte al rescate de las confianzas perdidas.
La recaudación récord es significativa en sus componentes, pues mayoritariamente corresponde a contribuciones individuales, no solo de grandes empresas, sino que de personas e instituciones pequeñas y modestas. Este interés en ayudar quedó de manifiesto, entre otros aspectos, cuando muchas veces los sistemas telefónicos y digitales para hacer aportes acusaban gran lentitud.
El éxito de la jornada del fin de semana pasado demuestra cómo se puede despertar la solidaridad conociendo de cerca casos de dolor y esfuerzo en que se consigue derrotar la adversidad e integrar a la comunidad a personas que, sin la Teletón, estarían condenadas a un penoso futuro que golpea incluso a sus familias.
Todo ello resultado del esfuerzo y el trabajo de un equipo integrado, generoso, motivador, pero también diverso, conducido por la batuta genial de Don Francisco, Mario Kreutzberger, versátil comunicador que se desliza con calidez, simpatía y habilidad desde la frivolidad a lo trascendente y logra que su mensaje llegue con fuerza cruzando incluso nuestras fronteras.
Así, el trabajo de rehabilitación que la Teletón viene desarrollando desde hace 38 años logra derrotar no solo la discapacidad, sino que también las dudas y las desconfianzas. Un valor importante en este momento de la vida nacional.
Mirando al futuro hay tareas pendientes, como ese "verdadero desafío" que plantea Don Francisco: "Traspasar la obra hacia la próxima generación".
Y en lo concreto hay que atender a la advertencia del presidente de la Fundación Teletón, doctor Humberto Chang, quien señala que con los $ 30.000 millones recaudados en esta oportunidad no es posible atender los próximos años en que no se realizarían las jornadas solidarias debido a las elecciones. Plantea, entonces, una Teletón de invierno.
Son aspectos pendientes sobre los cuales hay que trabajar, pues la demanda por la atención de casos de rehabilitación es creciente y los recursos siempre son limitados en esta institución privada que se vuelca al servicio público.
Por otro lado, hay que mantener, valorar y estimular el alcance educativo y formativo que tiene la Teletón como un instrumento que despierta la solidaridad en una sociedad donde el individualismo parece ser un factor dominante.