Reflexiones sobre el futuro de P!ensa
La Fundación P!ensa, un think tank regional nacido al alero de destacados empresarios y personalidades de la Región de Valparaíso, en los estertores del gobierno de Sebastián Piñera, celebró por estos días su segundo aniversario, con una ceremonia del nivel al cual nos tiene acostumbrados y con un invitado de lujo, como el flamante agente chileno ante La Haya, José Miguel Insulza.
A 24 meses del arranque y, pese a cualquier prejuicio, P!ensa ha cuidado marcadamente una transversalidad que asoma como su principal riqueza, junto a la transparencia (algo no muy común en este rincón del reino) de entregar la lista de fundadores y aportantes en su página web. Sus dos años, asimismo, tienen otro mérito aún mayor, cual es la consolidación del think tank en varios aspectos de la vida regional y nacional de nuestro país, en días en que la confianza en las instituciones tampoco campea.
Detrás de P!ensa hay muchos entre ellos Gonzalo Bofill, el presidente de la entidad y quien ha bogado con extraordinaria visión por levantar iniciativas como ésta desde el mar de los sargazos en que estaba empantanada la región, el genial "Teco" Valderrama, ideólogo del concepto de marca y del famoso "!", y otros, quizás un tanto más anónimos, pero con un involucramiento superlativo, como Eduardo Dib, Piero Zacarelli, Sandro Rossi y los jóvenes que trabajan en las oficinas de la estación Puerto.
Sin embargo, hay un tipo que merece, sino un aplauso o un galvano (porque lo más seguro es que no le gusten o los encuentre de mal gusto), por lo menos una pizca de reconocimiento: Jorge Martínez (full disclosure: para quien no lo sepa, columnista de este diario), quien hasta mediados de esta semana las hizo de director ejecutivo de P!ensa y que hoy es el nuevo vicerrector de la Universidad Nacional Andrés Bello.
Su labor, como las que hizo anteriormente en el Congreso, la Cámara de Comercio Regional y el Duoc, tienen más que ver con la creación de un relato y una épica que con aquellas sobrevaloradas planillas de Excel que, aun cuando necesarias, terminan convirtiendo casi cualquier cosa en algo muy distinto a lo que pretendemos como sociedad.
¿Cómo se mantiene (o reconstruye) tal épica y cuáles debieran ser los próximos pasos de P!ensa? Esas son las dos variables que Bofill y compañía deberán dilucidar en los próximos meses, por cuanto las exigencias (las sociales y las propias) han crecido geométricamente en tan solo dos años.
Por último, y ya que nunca estará demás hablar un poco de literatura mediterránea europea para amenizar el domingo, la vida siempre ha sido más parecida a una novela de Lobo Antunes que a una de Tabucchi. Por lo mismo, y hablando en parábola, el objetivo debiera seguir siendo construir legión, de la forma menos endemoniada posible.