La Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, exigió ayer que el proceso que definirá si será sometida a un juicio con fines de destitución concluya "lo más rápido posible", pero el Congreso postergó para hoy la instalación de una comisión que decidirá sobre el asunto.
La comisión especial debía instalarse ayer, pero la Cámara baja informó que ese primer paso ha sido postergado para mañana por problemas en el nombramiento de los miembros del grupo, que serán 65 diputados de todos los partidos con representación parlamentaria.
Las mayores dificultades surgieron en el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el vicepresidente Michel Temer pero que tiene fuertes disidencias internas y está dividido entre quienes respaldan a Rousseff y aquellos que pretenden recortar su mandato.
La división en el PMDB fue confirmada por Eliseu Padilha, un influyente dirigente de esa formación que el pasado viernes renunció al cargo de ministro de Aviación Civil que ocupaba desde hace unos meses alegando "razones personales", según explicó una nota oficial.
"El partido está dividido sobre esa cuestión (del juicio contra Rousseff) y tendremos que ver cuál es el sector mayoritario", dijo Padilha, quien apuntó que el vicepresidente Temer está "estudiando la situación" dentro del PMDB.
Temer, quien asumiría la presidencia en caso de que Rousseff fuera separada del cargo, aún no se ha manifestado ni a favor ni en contra del proceso, lo cual ha sembrado desconfianzas en el propio Gobierno, según han confirmado diversas fuentes oficiales.
Sin embargo, Rousseff insistió ayer en que confía en el apoyo que le darán tanto el PMDB como el propio Temer. "Confío en el vicepresidente Temer como siempre confié", declaró Rousseff, quien subrayó que "fue extremadamente correcto", por lo que no puede "desconfiar ni un milímetro de él".
Antes de que se decidiera el aplazamiento de la instalación de la comisión, Rousseff declaró en una rueda de prensa que el trámite para decidir si finalmente será juzgada debe concluir "lo más rápido posible", pues el país "no puede quedar esperando" por una decisión.
Incluso abogó para que el Congreso nacional suspenda el receso que tiene previsto entre los próximos 22 de diciembre y 2 de febrero, a fin de que avance el proceso para determinar si responderá a un juicio político.
Lula acusa "golpe"
El ex Presidente de Brasil, Lula da Silva, dijo ayer que "para volver a encarrilar el tren no podemos permitir que haya un golpe de Estado vía 'impeachment' en el Congreso", al criticar el juicio político que podría afrontar su sucesora. Lula aseguró que "no hay ninguna motivación" para que prospere.