150 años | 15 de diciembre de 1865

Descarga de buques en el puerto de Quintero

La barca británica "Camana" se ha dirigido a descargar por dicho puerto. Es el primer buque que va a gozar de las muchas ventajas que esta bahía ofrece sobre los otros puertos inmediatos a Valparaíso. Es extraño que hubiese permanecido olvidado, a pesar de ser muy conocido por su buen fondeadero.

100 años | 15 de diciembre de 1915

Niñito ahogado en una tina de un conventillo

Se presentó ayer a la policía doña Brunilda Guerra, domiciliada en un conventillo del cerro Rodríguez, subida Zenteno 148, quien dio cuenta que había dejado solo en su casa a su hijo de 3 años de edad, Alfredo Man Guerra, y que al regresar lo ubicó ahogado al interior de una gran tina que existe en medio del patio del conventillo.

50 años | 15 de diciembre de 1965

Una sorpresiva huelga en el Casino Municipal

Una sorpresiva huelga paralizó anoche y esta madrugada los servicios de comedores del Casino Municipal de Viña del Mar, al suspender sus labores los maitres, planilleros, cajeros, barman, etc., a la que no se plegaron los garzones. El motivo fue el no haber recibido respuesta de la concesión sobre el aguinaldo de Navidad.

Aplausos de pie en París: 195 naciones se ponen de acuerdo para reducir las emisiones de gases contaminantes originados en el uso de combustibles fósiles. Así se frenará el alza de la temperatura del planeta que provoca peligrosos cambios climáticos que afectan el medio ambiente y, en último término, la vida humana.

El compromiso es histórico pues se suman a este acuerdo potencias que son grandes productoras de esas fatales emisiones de carbono. Miramos a Estados Unidos, a China o a India, pero ¿cómo andamos por casa?

El tema nos golpea desde hace tiempo. También nosotros, con precario desarrollo, tenemos pecados propios y graves.

Acá, al lado, se arrastra por décadas el problema del área Quintero-Puchuncaví. Se ha investigado hasta en los cementerios tras rastros de elementos contaminantes. Se avanza, pero ¿será suficiente? Por otro lado, se nos viene encima, muy encima, una central eléctrica a gas natural para la Refinería de Petróleo de Concón.

Allá, más lejos, en el paraíso austral, se prende la luz roja debido a la alta contaminación originada en el uso masivo de leña para calefacción. Y ni hablar de la gran capital.

¿Y cómo anda nuestra conducta individual, personal, en relación al medio ambiente? Vea usted las aceras tapizadas de colillas de cigarrillos, emporcadas con chicles y convertidas en depósitos de envases desechados.

El entorno de los contenedores de basura de Viña del Mar, simbólicamente pintados de verde, se ha convertido en microbasurales donde se botan hasta muebles. Peor aún, las quebradas de este puerto patrimonial son bombas de tiempo que generan, año a año, pavorosos incendios que destruyen, matan, contaminan y ponen su granito de arenas al calentamiento global.

Pero no todo son malas noticias o visiones negativas: el Servicio de Evaluación Ambiental ha aprobado este año inversiones en proyectos de energía por US$ 12.442, gran cantidad de los cuales generan en base al sol o el viento.

Insistimos: el tema no se agota en los grandes números, llega también a las conductas individuales, al respeto personal al medio ambiente, ese que se pierde en ciertos carnavales, festividades religiosas o celebraciones de fin de año y que se mide en toneladas y toneladas de desperdicios que contaminan la ciudad, el campo y el mar.

Así, el acuerdo de París que busca salvar el planeta, nos obliga a todos a ser consecuentes con la prédica climática y ambiental.

Diversos grupos animalistas, y en general gran parte de los viñamarinos, hemos manifestado nuestro descontento por el maltrato animal que implica para muchos caballos tirar coches de paseo victorias por las calles de la ciudad. Un caballo en el suelo, imágenes viralizadas por redes sociales, en fin, el municipio ha decidido evaluar, en unos meses más, la continuidad de esta tradición viñamarina, postal por décadas de la comuna y atracción turística por todos conocida.

Basta con observar para concluir que los caballos descansan a pleno sol, o que en determinadas circunstancias se estima en ellos esfuerzos considerables que terminan dañándolos y entregando una pésima imagen de la ciudad y de quienes aquí vivimos.

Ignoro si caducar esta actividad traería mayor beneficio a los caballos, ya que dudo que su desempleo sea en praderas, más bien veo en ellos trabajos alternativos y más duros en ferias o derechamente abruptos finales como magra proteína. Por lo mismo, estoy convencido de nuestra responsabilidad como viñamarinos y mejorarles su actual vivir en la eventualidad de que se mantenga esta tradición.

En tal sentido, el académico Dr. Pablo Salah, director del Hospital Clínico Veterinario de nuestra universidad, me indica ciertas medidas básicas que se podrían tomar para mejorarles su calidad de vida y que me permito resumir: que tengan paraderos techados donde puedan descansar, caballos de recambio para que trabajen medias jornadas o turnos, cambio de herraje por herraduras de goma (Carabineros desecha muchas) con el fin de que el caballo no se resbale en el pavimento esforzándose menos, en fin, acciones que apuntan directamente al bienestar del animal.

De contar con algún sobrio auspiciador -he aquí mi veta más comercial- podría pagarse parte de los costos aquí indicados, incluso se podría invertir en uniformes de época, quién sabe; ofrecer mote con huesillo, incluso wifi, y un sin número de otras medidas que permitan transformar un servicio turístico que podría dañar la imagen de nuestra ciudad bella en una experiencia turística de mayor nivel que agrega más valor a quien nos visite y que no implicaría agravio para el caballo.

Estoy convencido de que si finalmente se decide mantener la tradición de los coches victoria, debe salvaguardarse con una serie de medidas como las antes mencionadas y que protejan al caballo de cualquier eventual maltrato.

Piero Moltedo Perfetti

Director académico Universidad Santo Tomás, Viña del Mar