"Los profesores de Valparaíso reconocen que a la evaluación docente le falta sistematización, que no existe un monitoreo de las prácticas pedagógicas y que la retroalimentación entre docentes y directivos es nula". Con esta enfática afirmación, Juan Pablo Catalán, oriundo de Viña del Mar, inició la defensa de su Tesis Doctoral en la Universidad Alcalá de Henares en Madrid, España, proceso que concluyó con nota sobresaliente.
Con 34 años de edad, Catalán se convirtió en uno de los primeros Doctores en Educación de la Región de Valparaíso en dicha casa de estudios, meta que cumplió tras realizar una investigación que incluyó a 462 profesores de establecimientos municipales, subvencionados y particulares pagados de la comuna de Valparaíso, quienes tras ser sometidos a un intenso proceso de entrevistas y cuestionarios, proporcionaron datos concretos sobre la escasa preparación y apoyo que reciben los profesionales de la región para ejecutar la denominada evaluación docente.
"La investigación la desarrollé con la intencionalidad de descubrir qué sucedía frente a la evaluación de las prácticas docentes al interior de los establecimientos educativos de la comuna de Valparaíso, ya que gran parte del éxito académico de los alumnos recae en la calidad de las prácticas pedagógicas ejercidas por cada docente. Es tal su importancia, que provoca la necesidad imperiosa de construir una cultura evaluativa docente para favorecer una comunidad reflexiva, la cual ayude a formar un docente crítico sobre su quehacer profesional", declaró Catalán desde Madrid.
Conclusiones
En total, fueron seis los años que Juan Pablo Catalán vivió en Madrid cursando sus estudios de doctorado, tiempo en el cual dedicó sus energías al análisis de las políticas públicas en el ámbito educativo porteño, rescatando conclusiones positivas y negativas.
"Entre las principales conclusiones positivas podemos indicar que existe una percepción positiva de los docentes para evaluarse, ellos manifiestan abiertamente la importancia del proceso de observación de clases como generador de una cultura evaluativa. Además, los docentes reconocen la necesidad de que exista un evaluador competente, porque no están dispuestos a ser evaluados por directivos inexpertos en la materia", comentó el docente viñamarino.
En esta línea, y refiriéndose sobre los aspectos negativos, Catalán explicó que "respecto a las debilidades, los docentes mencionaron una falta de gestión pedagógica y curricular para implementar una buena cultura evaluativa, situación que se evidencia en la poca capacitación que tienen los docentes y directivos para enfrentar un plan de evaluación, así como también en la falta de instancias para que los docentes generen un diálogo pedagógico, reflexionen y generen una autoevaluación de las prácticas docentes".
A lo anterior se añade la falta de recursos públicos que se invierten en materia de educación, lo que, según Catalán, se evidencia en "que los docentes no tienen posibilidad de contratar a profesores por hora dentro de sus establecimientos, para que ellos puedan tomar los cursos mientras el docente asiste a la evaluación de su colega".¿Cómo mejorar?
Finalmente, expuso los requerimientos que, de acuerdo a su investigación, se deben ejecutar para contrarrestar los problemas que viven los profesores de la región en relación a la evaluación docente.
"En primer lugar, se propone diseñar y elaborar programaciones de acompañamiento para la implementación de la evaluación. Esto implica programar fechas, periodos, bloques de clases donde se llevará a cabo la evaluación", añadió el docente viñamarino, agregando que el proceso de evaluación docente debe incluir visitas al aula, además de "observaciones que serán fundamentales para facilitar el crecimiento profesional del equipo docente y para generar una reflexión y un análisis sobre la práctica educativa desde una visión de mejora continua".
Título de Doctor con menos de 40 años
Sin duda, para cualquier profesional lograr el grado de Doctor es uno de las mayores satisfacciones académicas a las cuales se pueden optar, lo que generalmente se asocia a profesionales con una vasta carrera y que, por ende, es muy difícil de conseguir antes de los 40 años de edad. "Seré uno de los pocos doctores jóvenes que existen en la Región de Valparaíso y eso me enorgullece, ya que he trabajado mucho tiempo en esa ciudad", declaró Juan Pablo Catalán, quien se convirtió en Doctor en Educación con apenas 34 años.
"Los docentes manifiestan la importancia del proceso de observación como generador de una cultura evaluativa"
Juan Pablo Catalán Doctor en Educación