"A estas alturas, para nosotros lo único importante es saber la verdad sobre la muerte de Pablo Neruda"
Que regresen los restos de Pablo Neruda a Isla Negra en la fecha estipulada y saber la verdadera causa de su muerte son las preocupaciones que hoy concentran la atención del director ejecutivo de la Fundación Pablo Neruda, Fernando Sáez, quien no duda en precisar que ha sido excesivo el tiempo que el vate ha permanecido fuera del lugar que él mismo escogió para ser sepultado.
"Nunca pensamos que demoraría tres años" este proceso, aseveró, pese a estar consciente y plenamente de acuerdo en la necesidad de haber llevado a cabo el procedimiento para indagar las dudas sobre su deceso. En 2011, Manuel Araya, quien se desempeñó como chofer del poeta, denunció que Neruda había muerto por envenenamiento en la Clínica Santa María. Ante ello, el Partido Comunista decidió interponer una querella para iniciar una investigación, que derivó en la exhumación de sus restos el 8 de abril de 2013, los que han permanecido hasta la fecha en el Servicio Médico Legal de Santiago.
Cumplidas todas las diligencias científicas decretadas, el juez de la causa, Mario Carroza, ordenó el pasado 2 de febrero que finalmente el cuerpo del vate sean entregado el próximo 26 de abril.
- ¿Cómo han sido estos años con Pablo Neruda lejos de Isla Negra?
- Desde el momento que el ministro Carroza tomó la decisión de exhumar sus restos cumplimos con ponernos de acuerdo con el Servicio Médico Legal (SML) y realizar el acto de la manera más respetuosa posible, pero nunca pensamos que demoraría tres años. Durante todo ese periodo hicimos preguntas e indagaciones y finalmente hicimos declaraciones públicas porque nos parecía demasiado tiempo para cualquier investigación. Nos hicimos parte del asunto.
- ¿De qué forma se hicieron parte?
- Escribimos una declaración pública manifestando nuestra inquietud. Luego, nos reunimos con el ministro y finalmente se hizo una reunión con los científicos que vinieron el mes de octubre del año pasado. Se hizo una reunión ampliada y ahí el ministro tomó la determinación de devolverlos lo antes posible.
- ¿Qué les preocupaba de esta demora?
- Nos preocupaba el hecho de que el cuerpo de una persona como Neruda fuera expuesto tanto tiempo sin llegar a una conclusión, por el respeto que significa. Lo lógico es que una persona esté enterrada, además su historia ha sido tremenda: una vez que lo enterraron, el 26 de septiembre de 1973, hubo que cambiarlo de tumba. Después se hizo el funeral el año 1990 en Isla Negra. Este sería el tercer entierro.
- ¿Considera que no ha podido descansar?
No ha descansado, pero se ha cumplido con lo que él pidió (ser sepultado en Isla Negra). Está bien que si hay dudas se haga una investigación, pero hay una cuestión ética, sentimental, de que no esté enterrado y que sus huesos anden por todos lados. Tiene que ver con el respeto. No es una falta de ello, porque el punto es traer la verdad.
COnfianza
- El último hallazgo fueron restos de estafilococo dorado, elemento calificado como "extraño" y no asociado al cáncer que presuntamente le causó la muerte en 1973, según la Universidad de Murcia. ¿Qué piensan de ello?
- Eso en absoluto implica que haya otra causa de muerte. El fondo del asunto es que más allá del tiempo, es que se sepa la verdad, que no queden dudas, que se pueda decir de qué murió, si fue asesinado o falleció del cáncer que todos creímos.
- ¿Por qué tesis se inclinan?
- A estas alturas, lo único importante para nosotros es saber la verdad sobre la muerte de Pablo Neruda. Por algo están contratados esa cantidad de científicos que, me imagino, llegarán una respuesta valorable, porque haber hecho esto para decir que no se puede determinar sería un fiasco. Cuando les preguntamos si a pesar de los años se podía determinar su muerte, nos dijeron que sí. Si está en manos del ministro Carroza, confiamos en que se determinará la causa de muerte y cambiará la historia, pero sería tremendo, aunque en términos reales no cambiará nada. Si esto se hubiese hablado el 26 de septiembre del 73, las consecuencias políticas habrían sido tremendas. Es muy distinto a hoy. Habría tenido una repercusión tremenda a nivel nacional e internacional.
- ¿Cree que esta investigación debió hacerse antes?
- Si se hubiese sospechado antes de asesinato, evidentemente que nosotros y el Partido Comunista, en plena dictadura, habríamos levantado la voz. Después de cuarenta años sería tremendo saber que lo mataron, pero evidentemente no habrá consecuencias políticas, salvo que se sumaría un crimen más a las muertes de la dictadura. Por eso nuestra posición es esperar que el ministro diga la causa y acatar lo que él diga.
Regreso A ISLA NEGRA
- Es la segunda vez que se establece una fecha para devolver los restos de Pablo Neruda a Isla Negra. ¿Se están preparando para recibirlo?
- Tenemos que ponernos de acuerdo con el SML, ellos tienen la obligación de hacer la inhumación, pero hay que coordinar qué se va a hacer y el trato. Si será público o no, hay que conversarlo. Haremos una ceremonia sí o sí... no sabemos si será durante la sepultación o después.
- Si nuevamente se aplaza la entrega de sus restos, ¿cuáles serían las acciones?
- No me parece que haya algún cambio, porque se están tomando las providencias para que la investigación pueda seguir su curso.
- ¿Cree que hay una razón específica por tanta demora?
- No tenemos conocimiento por qué demoró, quizás porque había muchos científicos, demasiados peritajes y quizás demora mucho y es normal, pero a uno le parece que es mucho.
- ¿Cree usted que se ha utilizado la exhumación del vate?
- No, (sin embargo) ha habido gente que ha usufructuado para dárselas de paladines, pero son cuestiones menores y eso no involucra al PC.
"Que se sepa la verdad, que no queden dudas, que se pueda decir de qué murió"
Reserva de muestras óseas
Cinco médicos del SML, cuatro de la Universidad de Chile y cuatro extranjeros participaron de las pericias que se realizaron a los restos del poeta. En primera instancia, no se encontró evidencia forense de un posible envenenamiento. Sin embargo, fue en la Universidad de Murcia, España, donde se hallaron rastros de estafilococo dorado, cuya presencia es poco común. Sólo falta el análisis de la bacteria para determinar la causa de muerte, por lo que se decidió devolver los restos. No obstante, el juez Carroza dispuso la reserva de muestras óseas.
"Después de cuarenta años sería tremendo saber que lo mataron, pero evidentemente no habrá consecuencias"