Escuchemos el susurro cósmico
Sigamos viviendo de la explotación de nuestros recursos naturales que, al parecer, hemos olvidado que son finitos.
En pleno periodo estival, cuando nuestra región era visitada por una multitud de turistas despreocupados, se anunció la detección de las ondas gravitacionales producto de la colisión de dos agujeros negros, hecho que generó en la comunidad conmoción, alegría y, en unos pocos, proyección.
Pasó mucho tiempo desde su predicción, al menos 25 años de desarrollo, avances, fracasos y, sobre todo, perseverancia del equipo del experimento LIGO, para percibir este ahogado susurro cósmico en el ruidoso fondo del Universo.
Como físico y ciudadano aplaudo este descubrimiento, principalmente por la importancia que tiene para la humanidad la posibilidad cierta de acercarnos a la respuesta de algunos misterios del Universo, que nos acoge con este nuevo sentido de "visión". Además, como científico de esta parte del mundo me pregunto si tendremos la remota posibilidad de realizar un descubrimiento de esta envergadura con la ausencia de una institucionalidad científica, tan prometida y postergada a la vez.
Descubrimientos del valor de esta detección de ondas gravitacionales se realizan sólo en países desarrollados cultural y científicamente, en los cuales se entiende el valor de las ciencias en toda la extensión de la palabra, tal como se ha asumido, por ejemplo, en Estados Unidos. En 1945, un informe al Presidente Roosevelt realizado por su asesor científico, Vannevar Bush, señalaba que "el progreso científico es esencial. Nuevos productos, nuevas industrias y más puestos de trabajo requieren constantes adiciones al conocimiento de las leyes de la naturaleza".
Hace 70 años se entendió en Norteamérica lo que hoy recién se discute en el país. De no mediar un cambio, tendremos que seguir viendo cómo esta posibilidad de realizar grandes descubrimientos, o al menos lo de impacto real y efectivo para nuestro país, es absolutamente inalcanzable.
Quiero creer que de alguna manera este susurro cósmico nos hizo entender la real importancia que tienen las ciencias en el desarrollo de la humanidad y, claramente, también creer que en un país como el nuestro, de una vez por todas, realizaremos las acciones necesarias para encausar las ciencias en la forma y dirección correctas. De lo contrario, deambularemos como "turistas" de las innovaciones y las tecnologías que se derivan de la detección de las ondas gravitacionales. Mientras tanto, sigamos viviendo de la explotación de nuestros recursos naturales que, entre paréntesis, al parecer también hemos olvidado que son finitos.
Joel Saavedra
Vicerrector de Investigación y Estudios Avanzados PUCV