Paolo Navia S.
Tras confirmarse la puesta en venta del emblemático edificio de la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), emplazado frente al Monumento a los Héroes de Iquique, en el corazón de la Plaza Sotomayor y que cuenta con protección patrimonial en virtud de la Ley 17.288, desde la Municipalidad de Valparaíso levantaron una voz de alerta en torno al futuro que puede tener uno de los inmuebles más importantes de la ciudad, el cual actualmente se encuentra arrendado por cinco años a la empresa alemana Hapag-Lloyd, socio de CSAV.
Inaugurado en diciembre del año 1876, el edificio de la Compañía Sudamericana de Vapores es uno de los últimos registros de la época de oro que vivió Valparaíso durante el siglo XIX en el ámbito económico. De ahí la preocupación que el municipio porteño ha levantado sobre su nuevo uso, el cual, según Jorge Castro, alcalde de Valparaíso, debe seguir contribuyendo a la ciudad desde el punto de vista académico, económico, turístico o patrimonial.
Preocupación municipal
"La verdad es que en ese edificio hay una suerte de compromiso, porque hay muchas instituciones de la ciudad que les falta una dotación de espacio que pudiera estar, sin lugar a dudas, en este lugar. Lo primero es despejar el hecho de que hay un sumo interés por parte del municipio de poder hacer que una de nuestras instituciones, ya sea Gobierno Regional, Aduana o el Ministerio de Cultura, tenga su sede central en el sector de la Plaza Sotomayor, donde está ubicado el edificio de la CSAV", precisó el alcalde Jorge Castro.
Preocupación que comparte el concejal Iván Vuskovic (PC), presidente de la comisión de Finanzas del Concejo Municipal. Según el edil, el traslado de las oficinas de la Sudamericana de Vapores a la ciudad de Santiago, sin duda es una situación "particularmente grave" que, según su análisis, afectará las faenas portuarias.
"Es un crimen que este edificio no siga cumpliendo su misión en Valparaíso, ya que es uno de los pocos inmuebles que combina una fachada antigua con un edificio totalmente moderno, y que se lo lleven a Santiago para administrar desde allá las obras marítimo portuarias resulta bien poco consistente, y yo creo que en la maniobra propiamente portuaria, el hecho de que las oficinas estén lejos, va a traer consecuencias", declaró el edil.
En esta línea, según Vuskovic, debería ser la Municipalidad porteña, o una universidad regional, quien se haga dueño del edificio, pues "las instalaciones tienen un interés patrimonial muy relevante, y creo que la Municipalidad o las universidades deberían pensar en adquirirlo, pues está ubicado en la plaza más importante de la ciudad y tiene mucha relevancia para quienes nos visitan y también para quienes vivimos en Valparaíso".
Puestos de trabajo
Pero la inquietud por el nuevo uso del edificio de la CSAV no sólo ha sido expuesta por la Municipalidad de Valparaíso, sino que desde el Consejo Regional también ven con ojos de incredulidad la nueva función que se le pueda dar al inmueble patrimonial.
Así lo ratifico Manuel Millones, presidente de la Comisión Especial de Patrimonio del Consejo Regional (Core), quien precisó que "por muy legítima que sea la decisión de la empresa, lo que uno esperaría es que aquellos inversionistas que adquieran la propiedad le den un uso que esté en sintonía con el entorno, que es parte del corazón del puerto y también del patrimonio".
En tal sentido, la autoridad solicitó que los servicios que tengan competencia en esta materia, velen y resguarden cualquier intervención que se pudiese implementar en un futuro próximo.
"Este resguardo hay que tomarlo por el eventual nuevo propietario, de modo tal que el uso no colisione con el entorno y las características patrimoniales del área en cuestión", agregó la autoridad.
Finalmente, Millones precisó que "todas estas consideraciones de carácter patrimonial son complementarias al impacto que puede tener sobre los empleos que produce esta empresa en la ciudad, de manera directa e indirecta, y aquí obviamente está el mayor golpe que recibe Valparaíso, por lo que hay que buscar fórmulas que mitiguen el impacto del empleo".
En este aspecto, el secretario ministerial de economía, Aland Tapia, ratificó que la venta del inmueble no tendrá impactos económicos en Valparaíso, pues no implica el traslado de trabajadores a la capital del país.
"El edificio de la Compañía Sudamericana de Vapores fue puesto a la venta por el socio alemán de CSAV: Hapag-Lloyd. Sin embargo, aquello no implica un traslado de los trabajadores hacia Santiago, dado que entendemos que Hapag cuenta con un contrato de arriendo de las dependencias que actualmente ocupa por varios años más. Dicho lo anterior, la puesta en venta del inmueble no condiciona la situación laboral de sus trabajadores; por lo tanto, no significaría un detrimento en los puestos de trabajo", declaró Tapia.
Análisis arquitectónico
En tanto, desde el punto de vista arquitectónico, la visión es clara y tiene relación con la conservación del edificio en su estado natural, cambiando mínimamente su uso actual.
Así lo reveló Sotero Apablaza, miembro del Colegio de Arquitectos de Valparaíso, quien realizó un análisis en torno a la situación que genera, desde el punto de vista urbano, la venta del edificio de la CSAV.
"Ojalá que el nuevo uso sea amigable con la ciudad, con el Sitio del Patrimonio mundial. Este sector aún mantiene un carácter de plaza ceremonial y perder eso, desde el punto de vista urbano, sería muy negativo, pues hoy en día el sector tiene muy buena integración y conexión entre las oficinas, los cafés y las entidades públicas", declaró.
Finalmente, el arquitecto expuso que en el edificio se debería instalar algún organismo del Estado, una universidad regional e inclusive un hotel que tenga una connotación patrimonial en su estructura.
"Hay que tomar un resguardo por el eventual nuevo propietario, de modo tal que el nuevo uso no colisione con el entorno y las características patrimoniales del área"
Manuel Millones Presidente de la Comisión de, Patrimonio del Core