Dudas por venta de edificio histórico
La Compañía Sudamericana de Vapores ha decidido enajenar su edificio de la plaza Sotomayor, que fuera originalmente la sede de la empresa naviera Grace.
Una sentida preocupación entre autoridades y personeros de la zona ha provocado el anuncio de la puesta en venta del edificio de la Compañía Sudamericana de Vapores, emplazado en la plaza Sotomayor de Valparaíso, en pleno sitio declarado como patrimonio de la humanidad. La propiedad del edificio, que hoy es ocupado por la naviera Hapag Lloyd, socia de la compañía chilena, ha decidido ponerlo la venta y de inmediato han surgido las inquietudes, ya que el destino del reciclado inmueble es bastante incierto.
Se ha planteado que el edificio, que fuera la emblemática sede de la empresa naviera Grace, de gran trayectoria en Valparaíso, y que fue objeto de una intervención arquitectónica construyendo en su interior una torre de oficinas, conservando en el exterior su diseño original, podría tener una ocupación acorde con el tradicional destino de esta plaza ceremonial, y que además está situado a uno de los costados del monumento que recuerda a los héroes de Iquique y en cuya cripta descansan los restos de los ilustres marinos que perecieron o participaron en esta gesta, que fue clave en el desenlace de la Guerra del Pacífico.
Diversos personeros han planteado que para conservar la dignidad de este lugar emblemático de la ciudad, que nació como la plaza Mayor y que posteriormente se le dio el nombre de Rafael Sotomayor, ministro de la Guerra en el conflicto bélico, debería ser adquirido por alguna institución, ya sea del Gobierno, la Municipalidad o alguna universidad, que le den un uso conforme con su tradición y que no se convierta en una sede comercial como retail o algo parecido, que le restaría el carácter patrimonial, toda vez que se trata de un entorno protegido por haber sido declarada como monumento nacional en la categoría de zona típica, por Decreto Supremo 170 de 1979, por lo que cualquier intervención debe contar con la autorización del Consejo de Monumentos Nacionales, aparte de otros organismos que deben velar porque no se ponga en peligro el valor histórico de un inmueble, que por muchos años albergara a una de las compañías naviera mas potentes que operaban en nuestras costas, con una legendaria flota de buques cargueros con acomodaciones para pasajeros, conocidos como los "santas".