Paola Passig
Sin nostalgia por volver al Congreso y tampoco a la DC, partido al que renunció para protagonizar "una corta y decepcionante militancia en el PRI", el exdiputado Jaime Mulet quiere regresar a la política desde la presidencia del partido Frente Regional y Popular, que está recolectando firmas en la Tercera Región. Tiene claro que hoy los partidos regionales están en peligro y de ahí la necesidad de aliarse con otros movimientos y de armar una especie de partido regionalista a nivel nacional.
- ¿Qué le parece todo este escenario de desconfianza en la política?
- La política se ha "cartelizado" (de cartel) y ese es el principal problema, mucho más que la desconfianza y el desprestigio. Hoy están produciendo modificaciones legales que se suponía eran para profundizar la democracia, para abrir, y los acuerdos desde el PC a la UDI hacen todo lo contrario. El poder político con representación parlamentaria se está protegiendo. Poner barreras de entrada para los nuevos, no autoexigirse el refichaje con notario para los partidos antiguos, impedir que partidos que no están en todo Chile puedan constituir alianzas y llevar candidatos en otras regiones. Ahora entiendo que están cambiando la ley para permitir pactos de los partidos en formación, o sea, para salvar a Evópoli, Izquierda Ciudadana y otros. Y, además, darse con efecto retroactivo seis mil millones de pesos al año a los partidos es una desproporción. Esto es como el restablecimiento del binominal porque ponen tantas barreras para los nuevos partidos que al final los candidatos van a salir de la Nueva Mayoría y de Chile Vamos.
- ¿Y al Gobierno cómo lo ve?
- A la Presidenta Bachelet le afectó lo sucedido a su círculo cercano en el tema del financiamiento; entonces, dejó de tener esa imagen inmaculada al estilo de la Virgen del Carmen.
- ¿Por qué decidieron aliarse con el PRO con miras a la municipal?
- Estamos construyendo un acuerdo con el PRO que creo va a tener un final feliz. Y esto porque solos hoy día, recién constituyéndonos, no tenemos la fuerza ni la presencia en todo Chile. Al unirnos con un partido nacional que no es parte del duopolio, como el PRO, podemos competir y reagrupar a todos los referentes que tenemos en distintos lugares del país a través del PRO mientras logramos la constitución.
- ¿Qué tienen de común con el PRO?
- Tenemos algunas cosas comunes: no somos del lado de la derecha, muchos venimos de la ex Concertación y buscamos un camino progresista. Además, el PRO es el que tiene la agenda que más nos gusta en materia de regionalización, ya que apuesta por un federalismo atenuado que es uno de nuestros ejes principales.
- Pero la desconfianza que afecta a la política también le está pasando la cuenta a Marco Enríquez. ¿Le preocupa?
- Dentro de todos los cargos que le han formulado no hay ninguna vinculación personal, sino que tiene que ver con su entorno. Y claramente he pensado mucho esto, porque su pregunta es válida, pero dado el actual contexto para, incluso, competir con el duopolio, lo importante es cumplir la ley. Y en esa cancha, que incluso tampoco nos gusta, tenemos que adecuarnos para poder competir con la NM y la derecha. Que todos cumplamos la ley es el mínimo ético que podemos exigir. El problema es cuando no se cumple ley, cuando se sacan recursos del Estado, cuando se utiliza el aparataje del Estado.
- ¿Es decir que los cuestionamientos hechos a MEO no son graves a su juicio?
- No le voy a exigir más de lo que exige la ley.
- ¿No necesita una prueba de la blancura de MEO?
- No quiero entrar en hipocresías. Lo importante, como cumplimiento mínimo, es el marco legal. Marco ha recibido una serie de acusaciones desde que partió sus candidaturas el año 2009 y hasta ahora ninguna de las acusaciones ha sido efectiva. Él representa el temor para la NM y buscan destruirlo de cualquier manera. MEO es el único que hoy garantiza una elección competitiva, porque si no existiera, el duopolio tendría el tema resuelto y es bueno que haya un desafiante donde Lagos, Piñera y Allende representan lo mismo.
- O sea, volvería a votar por MEO.
- Sí, de todas formas. Lo he hecho dos veces. Me gustaría que pasara a segunda vuelta y generar un debate entretenido.
- ¿Aún con los cuestionamientos?
- No. Marco es un líder joven que tiene mucha fuerza, que ha acumulado experiencia, que no tiene ningún cargo y va a ser objetivo de acusaciones para tratar de sacarlo de la carrera. Es el único escollo que tiene el partido del orden para no sobarse las manos y tener todo asegurado hasta el 2022. No sé cómo tiene la capacidad de aguantar tanto misil.
- ¿Y cómo ve a la DC, su alma mater?
- Soy humanista cristiano y nunca voy a renegar de esos valores que aprendí en la DC. Pero a la DC la veo horquillada, incómoda, acorralada. Si no hace una definición más o menos drástica, va a terminar perdiendo influencia y se va a transformar en una especie de partido radical, que es respetable, con una linda historia, pero muy pequeño. La DC es un vagón más de un tren que se llama Nueva Mayoría, donde a pesar de su representación en el Parlamento, siempre está dividida y eso le hace perder fuerza.
- ¿Por qué?
- A la DC le ha faltad personalidad y actuar con una sola voz. En este gobierno el PC tiene más influencia que la DC. No se ve su peso, se le ve defendiendo intereses. Le falta liderazgo.
"MEO es el único escollo que tiene el partido del orden para no sobarse las manos y tener todo asegurado al 2022. No sé cómo tiene la capacidad de aguantar tanto misil. Es un temor para la NM, que busca sacarlo del camino"