Cristián Rodríguez F.
Insistir en la gratuidad universal y alzar la voz en cuanto a sus demandas. Dos ideas que resumen el panorama trazado por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), cuyos integrantes se reunieron ayer en dependencias de la Universidad de Valparaíso para decidir los pasos que seguirán luego de que el Gobierno ingresara en el Congreso el proyecto de reforma a la educación superior.
Hasta las 22 horas de ayer, el pleno convocado por los estudiantes universitarios seguía reunido en la región. Según comentaron algunos estudiantes durante la jornada, la cita se extendió ante las diferencias que existían por respaldar o no el proyecto de ley. Si bien algunas federaciones valoraron los avances en el sistema de acreditación y el marco que regula el lucro en los planteles, por ejemplo, otras criticaron que la gratuidad estuviera asociada a la situación económica del país, y que fuera de manera escalonada, lo que calificaron algunos como una gratuidad que llegará "por goteo".
Sincerar voluntades
Según comentó el vocero regional de la Confech, Carlos Vergara, pasadas las 22:00 aún no concluían las síntesis de la plenaria, por lo que no se podía confirmar si iban a apoyar o no el proyecto de ley.
Trascendió, sí, que durante las próximas semanas presentarán una contrapropuesta a la iniciativa. No se descarta, además, la radicalización del movimiento a través de nuevas manifestaciones y protestas.
"Seguimos movilizados porque no hay una respuesta clara. Necesitamos que el ministro Valdés plantee realmente si existe voluntad política para financiar la educación como un derecho", sostuvo días atrás el presidente de la Federación de Estudiantes de la Usach (Feusach), Patricio Medina.
Justamente, la manera en cómo se financiará la gratuidad es uno de los puntos que más rechazan los universitarios. El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, reconoció que la gratuidad en la enseñanza superior costará 1,5 puntos del PIB, mientras que las leyes de Inclusión o Carrera Docente contemplan recursos por 1,9 puntos PIB. Es decir, 1,4 más de lo que se proyectaba destinar en materia de educación, que eran 2 puntos como máximo.
"Lo que contiene esta presentación es una regulación del sistema y no una expulsión del mercado de la educación superior (...) la gratuidad universal va a llegar cuando crezcamos como China o Japón", sentenció a comienzos de mes Carlos Vergara.
Hasta el cierre de esta edición, las federaciones universitarias continuaban discutiendo en el plenario. Sin embargo, todo indicaba que la Confech tomaría una posición crítica respecto al proyecto de ley.