Las pensiones
Estamos a un paso de prohibir los portones para evitar los "portonazos" y las propuestas para mejorar las pensiones tienen el mismo matiz. Primero, se propone mejorar las pensiones inyectando más recursos al sistema que se cuestiona. Segundo, todas las propuestas apuntan a un mayor aporte, concepto que suena perfecto, pero que se desvanece cuando en la práctica se demuestre que esos recursos salen de nuestro trabajo e ingresos, es decir, impuestos disfrazados que no solucionarán nada, según mis cálculos. Tercero, siguiendo esta lógica, pronto deberán aportar los independientes, postergados de toda discusión laboral, excluidos de todo derecho laboral, pero que pronto se les obligará a cotizar.
Las propuestas relacionadas a las pensiones pecan de improvisación al desconocer efectos en la economía, mismo pecado de la reforma tributaria que incumplió sus objetivos y que nos tendrá pagando por años el exceso de entusiasmo improvisado. Perdón si sueno duro, pero la falta de análisis de los efectos de la reforma tributaria nos tienen mal y peor, se retrocedió en los supuestos de equidad, financiamiento y tantos otros beneficios que se prometieron; ¿qué diferencia hay con las propuestas actuales al sistema de pensiones?
Un aumento de la cotización; sea que la pague el trabajador o todos nosotros -es ingenuo pensar que la pagarán las empresas sin transferir los costos a precio- frenará el empleo y ese descuento de trabajadores será menos aporte al sistema, presionando el carácter solidario de las pensiones, que deberá aumentar el aporte de los trabajadores, generando un efecto en cadena que nos dejarán "donde mismo", pero más pobres.
La inversión se paralizó antes de la reforma tributaria debido a la incertidumbre que produjo. Más que mal, antes de invertir se necesita saber cuáles serán las reglas. A posterior de la reforma tributaria vinieron más "reformas" y vino el anuncio de una nueva Constitución o la validación de una asamblea constituyente, que es la génesis de los autoritarios y prolongados gobiernos de Ecuador, Bolivia y la Venezuela de Maduro, razón suficiente para postergar toda inversión. Hoy sumamos una nueva incertidumbre que es una "reforma al sistema de pensiones", un escenario incierto para invertir.
Sin inversión seguiremos estancados en el problema que genera las bajas pensiones, donde debemos reconocer que somos un país pobre, de bajos ingresos debido a una estructura productiva basada en la explotación de materias primas sin valor agregado, génesis de los bajos salarios, falta de trabajo y bajas pensiones, que son administradas por un sistema cuestionado, como muchas industrias en Chile que logran rentabilidades gracias a leyes y normativas, como el caso del sistema financiero, altamente ineficiente pero que cuenta con el financiamiento de las AFP y que, por lo tanto, con más recursos en las AFP, serán aún más ineficientes, devolviéndonos a la propuesta inicial: ¿Se han medido los impactos de las propuestas al sistema de pensiones?
Alejandro Maureira Butcher
Economista