El reencuentro de Glaría con el Puerto: "Pensé que no se iban a acordar de mí"
FÚTBOL. El exdelantero de Santiago Wanderers en los 90 viajó en auto desde Buenos Aires hasta Valparaíso para decir presente en la despedida de Jorge Ormeño. El "Huesito" reconoce que se sorprendió por el cariño que le mostró la gente.
Rubén Alejandro Glaría recuerda que hace 25 años no visitaba Valparaíso. Ya no es el joven delantero que en 1990 llegó al Puerto para vestirse con los colores de Santiago Wanderers y transformarse, en apenas dos temporadas, en uno de los goleadores más recordados de una década marcada por los problemas que el Decano vivía tanto dentro como fuera de la cancha.
Nacido futbolísticamente en el club Atlético San Miguel, Glaría es de risa fácil. Junto a su amigo Luis Escobedo, con quien compartió el vestuario porteño en aquellos primeros años de los '90, viajó 17 horas continuas en automóvil para decir presente el domingo pasado en la despedida de Jorge Ormeño en la cancha del estadio Elías Figueroa, experiencia que el exatacante califica como "inmensa y muy emocionante".
"Yo pensaba que los hinchas no se iban a recordar de mí", sostiene con sinceridad. "Tenía algo de ansiedad por reencontrarme con la gente de Valparaíso y que nos preguntaran quienes éramos", insiste, asumiendo que "vivimos una época de campañas bastante mediocres y en que no logramos nada".
Sin embargo, los últimos días del "Huesito" le han permitido recorrer sitios que conoció en aquella época en que su carrera recién arrancaba, lejos de las luces que luego disfrutó como jugador de Cobreloa o en México con el Pachuca, institución con la que celebró su primer título en el fútbol azteca.
Los recuerdos de Alejandro Glaría se vienen al presente con llamativa celeridad. "Eran otros tiempos. El club me pagaba los almuerzos en el restaurant Plaza, frente a la plaza Victoria, y luego me iba en bus a la habitación que me arrendaban los dirigentes", mientras explica que "en el vestuario de aquella época el 60 por ciento de nosotros no tenía autos... todo era en bus y había mucha cercanía con los porteños".
El exfutbolista trasandino, que hoy es comentarista del programa "Esto es San Miguel", en que habla de la institución de sus amores en Buenos Aires, no deja de agradecer la invitación que recibió para participar del último encuentro de Jorge Ormeño como futbolista profesional y así conocer las renovadas dependencias del estadio Valparaíso.
"Cuando estábamos junto a Jorge (Ormeño) en la cancha eran muchos los recuerdos que venían a la mente", añade Glaría, mientras pregunta por la antigua sede de calle Lira, de su "hermoso" piso de madera y de la señora Alicia Gaete, eterna secretaria de la institución y quien falleciera hace pocos años.
Respecto del presente de los verdes, Glaría dice que la distancia que se vive entre los aficionados y la sociedad anónima es enorme. "Hay situaciones que sólo los hinchas y los porteños entienden", reflexiona, agredeciendo en todo instante el cariño de la gente, tanto en su época de jugador como la de hoy, en que su retorno se produce para acompañar al último gran ídolo de los caturros: "Valparaíso es Wanderers y este club fue el primero de Primera en mi carrera... soy un agradecido por la posibilidad de haber vestido sus colores".
"El club me pagaba los almuerzos en el restaurante Plaza, frente a la plaza Victoria, y luego me iba en bus a la habitación que me arrendaban los dirigentes"
Alejandro Rubén Glaría, Exdelantero de Wanderers"
"El equipo del 89 estaba lleno de chicos muy apasionados por Santiago Wanderers"
Víctor Hugo Amatti, Exvolante de Wanderers"
Amatti, un ícono de los ascensos caturros
Víctor Hugo Amatti visitó Valparaíso la temporada en que Santiago Wanderers celebró su 120° aniversario. El nacido en Paraná es otro símbolo de duros años futbolísticos del Decano, transformándose en un verdadero ícono de los verdes en los ascensos de 1989 y 1995.
Su figura es ampliamente reconocida en una histórica fotografía en que junto a Jaime Bahamondes celebra el ascenso del 89 en Sausalito. "A esta altura me gustaría encontrar al reportero y darle un abrazo, porque me dio una popularidad insospechada", sostiene, recordando que en aquella liguilla disputada en el antiguo recinto de subida Padre Hurtado, ante Magallanes y Unión San Felipe, "los hinchas ocuparon todos los sectores del recinto... sólo Wanderers puede movilizar a tanta gente en tan poco tiempo".
Amatti se niega a comparar los equipos del '89 y '95, aunque reconoce que la escuadra que lideró Isaac Carrasco "estaba lleno de chicos muy apasionados por Santiago Wanderers".
Respecto de su presencia en la despedida de Jorge Ormeño, el exvolante de 51 años asegura que "fue una tarde de diez puntos", destacando la posibilidad de haberse reencontrado con antiguos rivales en la cancha y también "con una hinchada maravillosa".
clubes defendió en su carrera el "Huesito", en las ligas de Argentina, Chile y México. 14
fue el año en que Alejandro Rubén Glaría llegó hasta Valparaíso para vestirse de verde. 1990