Hay que trabajar unidos contra la delincuencia. La recomendación del concejal viñamarino Jaime Varas es obvia. Pero muchas veces lo obvio se olvida y los problemas se agravan. Así, el caso de un empresario apuñalado en Reñaca es una manifestación más del problema asociado al aumento de supuestos cuidadores de automóviles, que nada cuidan, pero que sí cautelan sus "territorios de trabajo". Y lo hacen -en algunos casos- con violencia.
En estos días, en el entorno del Valparaíso Sporting Club, sede de ramadas viñamarinas, también estos supuestos cuidadores se han apoderado de los espacios públicos y ha estallado entre ellos más de un disputa que se resuelve a golpes. Los vecinos tienen como único recurso llamar a Carabineros, cuyos intentos por resolver estas situaciones en medio de un tránsito congestionado no tienen mayor efecto. Por otra parte, quienes llegan al lugar con el propósito de visitar las fondas deben someterse a las presiones de cobro de estos "cuidadores", a cambio de evitar daños en sus vehículos.
Este cuadro puntual, de días de gran afluencia de visitantes, es reiterado y llama, como lo aconseja Varas, a trabajar unidos: Municipalidad estableciendo disposiciones, policías vigilando y realizando controles de identidad y tribunales aplicando sanciones. Por su parte, los vecinos, como reiteradamente se ha advertido, no deben intervenir directamente convirtiéndose en administradores de la justicia, pero si deben hacer las denuncias del caso y, además, unirse para compartir experiencias preventivas.
La proliferación del delito que afecta a las personas y a la propiedad, no sólo tiene efectos individuales en el patrimonio o seguridad individual, también tiene un efecto negativo sobre toda la comunidad y sus actividades.
En el caso de Valparaíso y Viña del Mar, que en conjunto forman un importante polo de interés turístico, la seguridad es un elemento esencial para aumentar el flujo de visitantes y estimular la inversión.
El turismo es una actividad frágil, sometida a la contingencia y a consideraciones subjetivas, personales de los eventuales visitantes. El turista además de descanso, paisajes, gastronomía, atracciones diversas o cultura, espera seguridad.
Cierto que nuestros estándares de seguridad son elevados y nuestras policías eficientes y honestas, pero ese cuadro positivo muestra evidentes deterioros y tendencias negativas que se deben mirar con atención y para frenarlas a tiempo con unidad, consejo obvio del concejal viñamarino que no se puede pasar por alto.