La cifra es inquietante: la minería nacional ha reducido su aporte al PIB de 16 a 8 puntos. Lo señala en entrevista con El Mercurio de Valparaíso Álvaro García, exministro de Minería del gobierno de Ricardo Lagos. Hecho grave desde el punto de vista nacional y también regional, dado que Valparaíso concentra una importante actividad extractiva estatal y privada.
El exministro descarta la posibilidad de privatizar la minera estatal o capitalizar vía inversores privados y señala que "Chile ha hecho un tremendo negocio teniendo a Codelco en manos del Estado y captando una alta proporción de las rentas que genera". Pero advierte que "el dueño debiera ser más cuidadoso en su empresa e invertir más en ella".
Sobre la polémica Ley Reservada del Cobre, García expresa que ha faltado voluntad política para avanzar en su derogación. En lo general vislumbra cierta despreocupación o desatención sobre el potencial minero: "No aprovechamos en plenitud a la minería como factor de desarrollo económico de Chile y no sólo de la minería".
Y tiene toda la razón, pues la actividad, por los recursos que genera, puede estimular otros giros asociados o independientes. El valor agregado del producto minero nacional es un tema largamente pendiente que permitiría avanzar en nuevos emprendimientos y contribuiría a evitar nuestra alta dependencia de las fluctuaciones de los mercados internacionales de materias primas sin elaboración, como ocurre en la actualidad.
Otro aspecto en el cual hay que avanzar es en la investigación, gran campo de trabajo del cual no pueden estar ausentes de las universidades. Recuerda García que cuando estábamos en el boom del precio del cobre, en 2013 y 2014, había casi 50 mil millones de dólares en proyectos de inversión minera detenidos por conflictos medioambientales o frenados por trámites públicos. Al respecto, recomienda "hacer las cosas de modo que la tramitación -que hoy demora cuatro años y medio- demore dos, que es el tiempo que tardan los países que hacen bien las cosas".
Es cierto. Toda inversión debe ajustarse a las normas, en particular las mineras a las medioambientales; sin embargo, el análisis técnico no puede convertirse en un largo trámite burocrático que, finalmente, termine alejando a inversiones en busca de ambientes más expeditos. Todo ello sin olvidar el clima laboral y la capacitación.
Hay deudas pendientes en minería que refieren a una de las actividades más importantes y tradicionales del país, que debe actualizarse de acuerdo a los tiempos, a las exigencias ambientales y a las cambiantes condiciones de los mercados mundiales.