Valparaíso, ¿puerto de nostalgia?
Que Valparaíso deje de inspirar nostalgia y sea el puerto de la alegría para todos los turistas que nos visitan.
Hace ya cerca de 70 años, el diplomático y escritor chileno, Salvador Reyes, publicó en París su exitosa novela 'Valparaíso, puerto de nostalgia'. Desde la lejanía, añoraba sus vivencias en este puerto, al igual como lo hacemos muchos porteños, por nacimiento o adopción, cuando estamos lejos de sus cerros, ascensores y callejuelas estrechas, de su mar, de su puerto.
Porque lo amamos, somos críticos y sufrimos cuando vemos y olemos sus falencias. Así, pese a que su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad hace casi tres lustros, no hemos explotado su potencial turístico. Seguimos inundados por grafitis, perros abandonados, comercio ambulante y quebradas-basurales. Se suman los robos que alejan a los visitantes.
Con todo, ha aumentado la recalada de cruceros, con más de 120.000 turistas en la temporada pasada. El desafío es que no escapen de inmediato a Santiago, lo que exige solucionar los problemas que acabamos de enunciar. Paralelamente, habría que potenciar y difundir los circuitos turísticos que ofrece la región: las rutas del vino y de Neruda, la visita a algunos de nuestros pintorescos cerros porteños, etc.
Un paso significativo es el nuevo Terminal de Pasajeros (VTP) que, a contar de la temporada 2016-2017, podrá atender simultáneamente a más de 20.000 personas. En la misma línea está el estudio de factibilidad licitado por la Empresa Portuaria (EPV), para determinar la conveniencia de construir un terminal exclusivo para cruceros. La idea es positiva porque hoy el puerto comercial tiene dificultades para recibir más de dos cruceros a la vez; claro que la estacionalidad de la demanda obligaría a considerar un uso alternativo para ese terminal.
También debemos atraer al turismo local. En tal sentido, hay actividades culturales masivas importantes como el Puerto de Ideas, y otras cuya conveniencia habría que revisar, tal es el caso del Carnaval de los Mil Tambores. Además, se podrían identificar o crear puntos de atracción turística, como ocurre con el Reloj de Flores en Viña del Mar o la famosa "Sirenita" en Copenhague. Por ejemplo, armar un relato en torno al monumento a la Mujer del Hombre de Mar, ubicado en el borde costero del sector Yolanda, con espacios para estacionar vehículos en sus proximidades. Incluso, la propia actividad portuaria podría ser un punto de atracción turística.
En fin, debemos intentar que Valparaíso deje de inspirar nostalgia y sea el puerto de la alegría para todos los turistas que nos visitan.
Miguel Á. Vergara Villalobos
Presidente Liga Marítima de Chile