En Chile, en la actualidad, unas 1.350 mujeres pierden la vida cada año como consecuencia del cáncer de mama. De ellas, 155 -el 11% de las mismas- son de la Región de Valparaíso, zona que hoy ocupa el segundo lugar a nivel nacional en número de fallecidas por causa de este mal, después de la Metropolitana.
A la fecha, el cáncer de mamas es el más común de los cánceres invasivos que afectan a las chilenas y anualmente se diagnostican en el país unos 5 mil nuevos casos.
En las dos últimas décadas, la tasa de mortalidad promedio nacional de esta enfermedad se ha incrementado en un 27%, siendo ahora de 15,6 por cada 100 mil mujeres.
En la Región de Valparaíso la mortalidad por cáncer de mama es -a la fecha- de 17,2 por cada 100 mil mujeres. Es decir, supera en casi dos puntos porcentuales a la media del país y las estadísticas dan cuenta de que existe un elevado número de decesos en los tres servicios de salud de la Región de Valparaíso, en particular en el de Viña del Mar-Quillota.
Sin embargo, en los años recientes este indicador ha experimentado una baja en la región, ya que en 2008 era de 19,3, por cada 100 mil mujeres y quedaba solo por debajo del que registraba la Región de Magallanes (22,7).
Esto representa un avance, porque, en igual período, la tasa de mortalidad nacional aumentó en un punto. Según el Departamento de Estadísticas e Información del Ministerio de Salud, la Región de Valparaíso exhibe en estos momentos la cuarta tasa de mortalidad por cáncer de mama, siendo superada ahora por las regiones de Magallanes (27,8), que aún ostenta el primer lugar; O'Higgins (18,1); y Los Ríos (17,8).
"Si bien este dato es positivo, seguimos preocupados frente a esta realidad. Lo que sucede es que en la Región de Valparaíso cada vez viven más adultos mayores y eso explica la elevada prevalencia que en ella presenta este cáncer, cuya mortalidad se incrementa progresivamente con la edad. Es decir, con el aumento de la expectativa de vida de las mujeres también ha cambiado el perfil epidemiológico y eso hace que los cánceres en general, y éste en particular, se hayan incrementado. El problema es que, como sociedad, todavía no asumimos esto", aseguró el médico Leonardo Rivera, especialista del Hospital de Quilpué y profesor visitante de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Valparaíso.
El factor GES
Para el doctor Rivera la disminución en la tasa de mortalidad regional se debe, en gran medida, a la incorporación de los tratamientos del cáncer de mama en las prestaciones del plan de Garantías Explícitas en Salud.
"El gran cambio se dio a partir de 2005, con la creación del AUGE, ya que desde entonces y por ley las mujeres se pueden practicar mamografías y acceder a tratamientos adecuados a costos accesibles y en un horizonte de tiempo más acotado", precisó el médico.
Similar opinión tiene la matrona del Hospital Carlos van Buren Claudia Gutiérrez, también docente de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la UV, quien argumenta que a la baja en la tasa de mortalidad regional por cáncer de mama ha contribuido la nueva normativa establecida por el Ministerio de Salud, que estipula que los centros de atención primaria deben realizar una mamografía cada dos años a las mujeres a partir de los 40 años, o de los 35 años a aquellas con antecedente familiar de este cáncer, y una anual a las mayores de 50 años.
"Es un hecho comprobado que estamos educando más a las mujeres en este tema y las estamos concientizando mejor respecto de la importancia que tiene para su propio bienestar el que se realicen este examen en forma periódica. Esto ha contribuido a aumentar la pesquisa temprana en la región, aminorar la incidencia y la morbilidad de esta patología", sostuvo la profesional.
En tal sentido, la matrona acotó que la mamografía continúa siendo la base de las campañas de prevención, porque, en su opinión, para la vigilancia del cáncer de mama las estrategias para su detección temprana basadas solo en el examen físico y el autoexamen no son suficientes.
Factores de riesgo
El cáncer de mama afecta principalmente a las mujeres a partir de los 45 años, vale decir, en una etapa en la que éstas son plenamente activas en los ámbitos familiar y laboral. Pero es a contar de los 60 años que se lo suele diagnosticar con mayor frecuencia y, por lo general, en forma tardía. Esto último explica el hecho de que el grupo de las mujeres mayores concentre el 80% de las defunciones atribuidas a este mal.
Entre sus factores de riesgo asociados figura como principal el hereditario y la mutación genética (presente en el 15% de los casos). No por nada los estudios indican que una mujer cuya madre ha padecido cáncer de mama tiene un 50% más de probabilidad de desarrollar la enfermedad que otra sin antecedentes familiares.
Otros factores de riesgo son los estilos de vida poco saludables (sedentarismo, tabaquismo, alcoholismo), el modo de vivir la maternidad y la edad, ya que sobre los 45 años el riesgo de mortalidad se eleva significativa y progresivamente.
"No es poco que cada día tres chilenas mueran por este cáncer. La evidencia revela, además, que una de cada catorce desarrollará tumores malignos en sus pechos en algún momento de su vida y, de ellas, una de 43 morirá a consecuencia de los mismos, por lo que la prevención y preocupación son fundamentales para detectarlo en forma oportuna", sentenció el doctor Rivera.
Los hombres también
El cáncer de mama también lo pueden padecer los hombres. En Chile, la mortalidad masculina por este cáncer es de 0,1 por cada 100 mil individuos, con un total de 11 casos en promedio al año, de los cuales el 90% se diagnostican en mayores de 65 años. A nivel de regiones, en pacientes hombres la Región de Valparaíso es -de igual modo- la segunda en mortalidad y número de casos.
"Con el aumento de la expectativa de vida de las mujeres también ha cambiado el perfil epidemiológico y eso hace que los cánceres se hayan incrementado"
Leonardo Rivera, Médico Hospital de Quilpué