"De las cuatro columnas de opinión con las que se estrenó el sitio web del senador independiente, Alejandro Guillier, dos hablan de descentralización, justicia para las regiones y el gobierno desde el territorio. Esta primera apuesta concreta del parlamentario, a través del ciberespacio, en un escenario en que la campaña presidencial está ya en plena marcha, se transforma en una especie de manifiesto, que tiene sentido si se miran los resultados de la última Adimark.
Hasta ahora, la incipiente carrera hacia La Moneda no cuenta con un liderazgo potente -al estilo Ricardo Lagos 1999, Michelle Bachelet 2005 o Sebastián Piñera 2010-, pues en realidad, la "candidatura" que mayor consenso genera hoy es la abstención. Y con una clase política desprestigiada, un centro desdibujado (sobre todo con una DC a la que el enojo con La Moneda se le pasó demasiado rápido) y un gran porcentaje de "no estoy ni ahí con ir a votar", la apuesta de los candidatos deberá centrarse precisamente en cómo convencer a ese grupo mayoritario, el de los "indignados chilensis" para que vaya a sufragar.
Ahí es donde cobra relevancia la apuesta que ha hecho Guillier. Su jugada por convertirse en el candidato de los postergados (entre ellos, las regiones) parece comenzar a surtir efectos, al menos si uno mira los resultados de este último sondeo. Aunque en él todavía el "no sabe/no contesta" es mayoritario, lo cierto es que el periodista sube cinco puntos en dos meses y se ubica por sobre Lagos, que continúa encasillándose en la categoría de representante del establishment. O como lo dijo el PPD (uno de sus partidos), que cada vez se aleja más de los ciudadanos.
Aunque todavía al parlamentario independiente le falta mucho trabajo para ver como realmente plausible su carrera hacia La Moneda, los números comienzan a sonreírle. Tanto que el PS (el partido de Lagos), consideró ya incluirlo en su mesa de conversación para definir al próximo abanderado de la centroizquierda. Realidad muy distinta a la que vivió en su momento Marco Enríquez-Ominami, que -paradójicamente- militaba en esas filas, pero al que se lo envió a competir por fuera del conglomerado concertacionista (¿habrán aprendido la lección?).
En este escenario, cuando -ante la pregunta "¿quién preferiría que fuera el próximo presidente?"- este último sondeo lo ubica en segundo lugar detrás de Sebastián Piñera y por sobre Lagos, quizás el trabajo de Guillier ahora, más que generar conversaciones con actores políticos que puedan minar su apoyo ciudadano, debería centrarse en capitalizar sus puntos fuertes. Y el primero, de acuerdo a Adimark, está en el voto de regiones, mujeres e independientes.
En el caso de las regiones, el respaldo desde las zonas más alejadas de la capital parece tener directa relación con la apuesta que ha hecho el parlamentario por ser el "senador de la descentralización" y que, al parecer, está comenzando a rendirle frutos. No sólo porque nació en La Serena y porque su corta carrera política se ha desarrollado en Antofagasta, sino que su batalla por convertirse en la punta de lanza del movimiento en pos de la elección de intendentes, le permite hoy alzarse como el candidato mejor evaluado en las regiones: entre agosto y octubre, Adimark registra un alza de 15% en el respaldo que los encuestados -fuera de Santiago- le dan al presidenciable ante la pregunta "¿Quién preferiría que fuera el próximo Presidente de Chile?".
No es menor considerar que de acuerdo al padrón del Servel "actualizado" antes de la municipal, la Región Metropolitana tiene hoy cinco millones y medio de posibles votantes, mientras que el resto de las regiones llega a los ocho millones y medio: parece ser un buen nicho para concentrarse.
Tan importante como lo anterior, es que Guillier se enfoque en afianzar la fe del electorado en su proyecto. Precisamente -de acuerdo al sondeo- la cualidad que más se le destaca al parlamentario es la confianza, donde supera por más de diez puntos a Piñera y por más de 25 a Lagos. Es también el concepto con el que comienza su sitio web: "Recuperemos la confianza". Sin embargo, también se trata de una idea fuerza que será manoseada hasta el cansancio en una campaña marcada por el descrédito de la clase política.
Probablemente, Guillier deberá ser capaz de armar una propuesta similar a la que instaló Jorge Sharp en Valparaíso, pero esta vez a nivel nacional: la idea de un candidato ciudadano (alejado de los partidos, aunque en realidad esté respaldado por ellos), que no comulga con el establishment y los poderosos (aunque provenga de allí) y que es capaz de cambiar el switch de lo que se ha hecho en política hasta ahora. En resumen, deberá intentar ser quien motive a la ciudadanía a realizar nuevamente un acto de fe y votar por él.
Si el periodista es capaz de mantenerse fiel al nicho que le está dando su respaldo y evitar convertirse en presa del partido que lo apoya, si logra mostrarse como un primus inter pares -pero par al fin y al cabo- que lidere este movimiento indignado de las regiones, las mujeres y los desvalidos, entonces es posible que su liderazgo llegue a puerto. Si cataliza las esperanzas de los más postergados y se alza como un Obama de la descentralización, con un "yes, we can", la opción de que las regiones lleguen a sentarse a La Moneda quizás pueda convertirse en una realidad.
* Magister en Comunicación Estratégica, periodista, cientista política y directora Escuela de Periodismo de UAI