Un problema puede ser definido como una brecha entre las expectativas y la realidad, o sea la distancia entre donde estamos hoy y hacia donde queremos llegar en el futuro. Al enfrentar problemas entonces tenemos dos opciones: tratar de adecuar la realidad a las expectativas mejorando la situación actual o bajar nuestras expectativas amoldándolas a nuestra realidad. Ambas opciones llevadas al extremo tienen consecuencias negativas, ya que si intentamos adecuar la realidad a expectativas sumamente altas podemos frustrarnos y decepcionarnos. En cambio, si bajamos constantemente nuestras expectativas para amoldarlas a la realidad estamos alentando la mediocridad y el conformismo.

Jorge Sharp puede caer peligrosamente en la primera opción: expectativas sumamente altas frente a una realidad que está a años luz de distancia. Su discurso constante ha sido vencer la desigualdad, acabar con la injusticia, el duopolio y las malas prácticas. ¿Tiene un alcalde las herramientas para poder cumplir esos objetivos? Creo que no, y menos en una comuna pobre y con una infinidad de problemas como Valparaíso, donde también hay que hacerse cargo de temas estructurales que se han ido heredando con el pasar de distintas administraciones.

El alcalde electo también hizo advertencias a los "poderosos", diciendo que son los "explotados" los que están tomando el futuro de la ciudad en sus manos. Hablar de ellos o nosotros y buscar antagonistas es lo que menos le conviene a Sharp hoy en día. En el discurso suena bonito, pero para poder hacer cambios de la magnitud de los que requiere Valparaíso deben ser todos los actores sociales y gremiales los que pongan manos a la obra y es ahí donde el alcalde debe ser clave para aunar posiciones.

A los que amamos Valparaíso y nacimos en esta región nos duele el estado actual de nuestra única ciudad patrimonio de la humanidad. Sería ideal creer que un alcalde puede solucionarlo todo y que en cuatro años las cosas van a cambiar, pero lamentablemente eso sería pecar de ingenuidad.

Jorge Sharp debe regular las expectativas si no quiere generar descontento ciudadano cuando algunos planes fracasen y debe saber que, así como él fue un candidato surgido de un pacto ciudadano que escuchó abiertamente la opinión de los habitantes de la comuna, corresponde hacer lo mismo con todos los actores sociales.

Ya sabemos, el llanero solitario únicamente triunfa en las películas.

Guillermo Pérez Ciudad

Investigador Fundación P!ensa

Como un "dinamitador de muros" lo describió Luisa Corradini, la corresponsal en Roma del diario argentino La Nación, en la entrevista que le hiciera al filósofo contemporáneo Jacques Rancière (Argel, 1940), quien se presentó ayer en el aula magna de la Escuela de Derecho de la U. de Valparaíso con su magnífica ponencia "El tiempo de los no vencidos. Tiempo, ficción, política".

Criado, como él mismo explica, en el marxismo científico enseñado por Louis Althusser en la Ecole Normale Supérieure de París, Rancière optó a posterioridad por derrumbar todos los muros que separaban a la filosofía del hombre de a pie, despreciando -rechazando, más bien- el rol de "desencriptador social" que le colgaba la prensa europea, y enmarcando sus trabajos en la teoría del arte y la estética, la filosofía política y la teoría de la enseñanza.

Esta vez, bajo una cuidada edición de Patricia González y Gustavo Celedón, la editorial de la UV lanzó "Reflexiones con Jacques Rancière", un amable librito de 160 páginas que cuenta con ensayos de connotados estudiosos sobre tres ejes temáticos: Educación y movilización; Arte, poética e historia; Filosofía, igualdad y democracia. Como bonus track, una entrevista inédita de Rosario Olivares y el propio Celedón al filósofo francés, en la cual ineludiblemente se le consulta por el movimiento estudiantil de esos años (la entrevista está fechada en octubre de 2012). Entonces, con una lucidez que cualquiera se quisiera, Rancière vuelve a sacarse el overol de filósofo y parece dar en el clavo: "La primera pregunta es saber qué se quiere, qué es lo que quiere un movimiento (...) no es verdadero y absolutamente necesario estar en el tiempo de los pretendidos cálculos estratégicos que piensan que la vía de la revolución es hacer esto hoy y esto mañana (...) hay que salir de esto y tener la idea de que es el presente el que crea el futuro y que no son planes estratégicos del futuro los que hacen avanzar las cosas", explica.

Ayer, citando a Auerbach, Virginia Woolf, Lukács, Zola, Joyce, Aristóteles, Flaubert y Faulkner, Rancière articuló una nueva estética de la resistencia a la globalización, que él llama -poéticamente- la de los "no vencidos".

"Mantenerse en esta frontera, donde las vidas que caerán en la nada se elevan a una totalidad de tiempo y de injusticia, es quizá la política más profunda de la literatura", remarcó, ante una audiencia boquiabierta.

150 años | 9 de noviembre de 1866

Ferrocarril urbano emplea caballares inadecuados

En los últimos tiempos la empresa del ferrocarril urbano en esta ciudad ha incorporado al servicio caballos muy malos por sus mañas o falta de práctica. Por esta causa, y a cada momento, se está viendo interrumpida la marcha regular de los carros. Esto es perjudicial para los pasajeros y también para la empresa.

100 años | 9 de noviembre de 1916

Casas de veraneo en Viña serán vigiladas por policía

En vista de los varios robos habidos últimamente en algunas casas de Viña del Mar, que están amuebladas y deshabitadas, se nos pide de la comisaría recomendar a propietarios o personas que están a cargo de ellas, la conveniencia de dar aviso para que la policía dedique a estas casas especial vigilancia.

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Violento incendio destruye 7 casas en el cerro Cordillera

Un incendio originado por la inflamación de una cocina a parafina destruyó anoche 7 casas en el cerro Cordillera, dejando 53 personas sin hogar, las que en su mayoría perdieron todas sus pertenencias por el rápido incremento que tuvo el fuego, debido a la construcción ligera de las viviendas.