En enero del próximo año se iniciará el proceso de formulación de un nuevo Plan Regulador Comunal para Viña del Mar. El actual data del año 2002, pero las normativas municipales urbanas se remontan a los año 30 del siglo pasado, buscando un crecimiento armónico de la comuna al ritmo de otra época. Sin embargo, el crecimiento de la población, cambios de uso del suelo, grandes paños industriales valorizados con nuevo tipo de edificaciones, obligaron a modificar ordenanzas hasta llegar a la actual.
Con todo, la vigente ha sido sometida a reiterados cambios a través de seccionales debido a presiones de nuevos emprendimientos y condiciones determinantes, como el tránsito con explosivo más vehículos en circulación en una trama urbana rígida. Tal es la realidad de la Población Vergara: espacios sobrecargados con vivienda, comercio y servicios.
Este caso puntual fue abordado recientemente con cambios en el Plan Regulador, limitando, por ejemplo, las alturas de nuevas edificaciones en el área. Las alturas implican no sólo un tema estético, sino que también densidad habitacional y mayor movimiento de vehículos.
¿Hasta qué punto esa normativa puntual ha sido efectiva? Pregunta con respuesta pendiente. Otra cuestión relevante es la relativa a los amplios terrenos que ocupaban las petroleras de Las Salinas, que se incorporarán a la condición inmobiliaria.
El proceso debe pasar por un saneamiento ambiental de esos espacios, tarea ineludible. Pero una vez terminada esa etapa viene la utilización concreta de los terrenos, lo cual exige una normativa que considere el impacto de nuevos emprendimientos sobre toda la comuna.
Ese importante aspecto y otros que alcanzan a sectores de plan y cerros de la ciudad tienen que ser parte de un nuevo Plan Regulador que, con una visión de futuro "debería fijar las condiciones para el desarrollo los próximos 20 años tomando en cuenta el desarrollo inmobiliario que ha tenido la ciudad", palabras del concejal Jaime Varas. En tanto, la concejal Laura Giannici señala la presencia de "presiones fuertes", aludiendo a la Población Vergara, agregando que "hay que tener fuerza para lograr el equilibrio, pensando en la comunidad".
Visión de futuro y equilibrio, fundamentales en el nuevo instrumento regulador, cuya confección estará abierta a la participación ciudadana.
El proceso será lento, pero lo que importa es que el resultado sea una normativa que no de espacios a la discrecionalidad, a la "elusión urbana", y que exista de parte de la autoridad correspondiente voluntad política de hacerla cumplir.