Carolina Collins
Estudios científicos han demostrado que una actitud pesimista es nociva para la salud, pero hasta ahora nadie había comprobado que lo opuesto, ser optimista, fuera beneficioso.
Una investigación de investigadores de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la U. de Harvard (EE.UU.) concluyó que el optimismo sí tiene un efecto beneficioso para la salud, el que es aún mayor en el caso de las mujeres.
La investigación logró establecer que las mujeres que tienen una actitud positiva ante la vida tienen un menor riesgo de sufrir varias enfermedades graves, como un ictus o una cardiopatía, además de sufrir menos patologías infecciosas, respiratorias o incluso oncológicas.
La resiliencia: clave
Eric Kim, codirector del estudio, que fue publicado en la revista especializada "American Journal of Epidemiology", explicó que "si bien la mayoría de los esfuerzos en medicina y salud pública están centrados en la reducción de los factores de riesgo de las enfermedades, cada vez hay mayor evidencia acumulada de que la potenciación de la resiliencia psicológica puede marcar la diferencia".
"Nuestros hallazgos sugieren que deberíamos esforzarnos por promover el optimismo, que ha mostrado asociarse con hábitos más sanos y con formas más saludables de afrontar los retos de la vida", agregó el especialista.
Para llegar a esas conclusiones, los científicos se basaron en los resultados de una investigación previa denominada Estudio de Salud de las Enfermeras, que registró datos médicos de cerca de 70 mil mujeres entre 2004 y 2012.
Se trata de la primera investigación científica que logra establecer un vínculo entre el nivel de optimismo y la disminución de las probabilidades de sufrir una enfermedad que pueda terminar en muerte prematura.
Al ser consultado respecto de las causas que podrían provocar esa relación, Eric Kim respondió que "los hábitos saludables sólo explican parcialmente la asociación entre el optimismo y el menor riesgo de mortalidad. Así, una posible explicación sería que un mayor optimismo impacta de forma directa sobre nuestros sistemas biológicos".
No parece, sin embargo, tan simple que los médicos simplemente receten "ser más optimista". Por eso, Kaitlin Hagan, coautora del estudio, rescata que "el optimismo puede ser modificado con intervenciones ciertamente sencillas y baratas"; por ejemplo, "pedir a las personas que piensen y escriban en un papel las mejores medidas a adoptar en algunas áreas de sus vidas, ccomo sus carreras profesionales o amistades".
El pesimismo afecta el corazón
Un estudio publicado en noviembre establecía que una actitud pesimista ante la vida puede implicar un mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca. Investigadores del Departamento de Psiquiatría del Hospital Central de Päijät-Häme (Finlandia) señalaron en su estudio publicado en la revista "BMC Public Health" que el pesimismo es estresante, lo que a su vez conduce a desarrollar una enfermedad cardíaca. Llegaron a esta conclusión tras analizar a 2.267 hombres y mujeres finlandeses.