"El proyecto de la S.A. es la demolición y destrucción de Santiago Wanderers"
Mario Oyer sabe y asume que, tanto dentro como fuera de la cancha, Santiago Wanderers se encuentra en un momento crítico. Y ciertamente que el presidente de la Corporación del Decano no ve con buenos ojos el camino que ha elegido la sociedad anónima que concesiona a los porteños.
Tras meses marcados por las restricciones, que han terminado influyendo de manera contundente en el ámbito deportivo, Oyer da a conocer una primera reflexión.
"La verdad es que si uno lo piensa, sumando y restando todo lo sucedido en estos años de la sociedad anónima, quizás era mejor que Santiago Wanderers renaciera desde aún más abajo, que haber apostado por entregar el club a estos empresarios", sostiene con evidente molestia el dirigente, asumiendo que "sin ser soberbio, yo no voté por la concesión, porque nunca le creí al 'cabro chico' (Nicolás Ibáñez Varela) y sus corbatas verdes".
- No fue un 2016 sencillo para Santiago Wanderers. ¿En qué momento se encuentra la relación entre la Corporación y la concesionaria?
- La relación con la sociedad anónima siempre se ha basado en el contrato de concesión, nada más.
- Una relación no muy fluida.
- Para nada. Lo que personalmente más me desgasta es pensar en todo el daño que le están haciendo al club. Pensar y pensar en cómo revertir esta situación es cansador. Y reconozco que se me han venido a la cabeza ideas propositivas, desde el punto de vista económico, social y político, pero también otras que simplemente no corresponden... hasta agarrame a combos con algunas personas que le están haciendo un tremendo daño a Santiago Wanderers, aunque sé que no es lo adecuado.
- ¿A combos?
- Es que esa es la sensación. Hay veces que como presidente de la Corporación me siento amarrado, porque si bien tengo claro el cargo y la responsabilidad que tengo, cuando escucho que me hablan del "proyecto" me da rabia, porque todavía no lo conozco y sé que es lo mismo que sienten muchos socios e hinchas del club. ¿Cuál es el proyecto? Ser generadores de futbolistas, el tema de los chicos en Mantagua. ¿Ese es el proyecto? Me da la impresión que Santiago Wanderers se merece algo más. Cuando a mí me muestran los balances, los números y me doy cuenta de la nula gestión por sumar recursos, más allá de esperar las platas provenientes del CDF, vuelvo a preguntarme, ¿cuál es la diferencia entre la administración de la sociedad anónima y la que nosotros podríamos hacer como Corporación?
- Desde hace tiempo que se plantea la posibilidad de poner fin de manera anticipada al contrato de concesión.
- No se puede. Estamos con un contrato amarrado por 30 años. Hemos dado vuelta el contrato, revisado cada punto, coma y comillas, y te puedo decir que nada se puede hacer para terminarlo con anticipación. El contrato está tan bien hecho que yo felicitaría a sus abogados. Es lo más alejado y pésimo para la Corporación.
- El abogado Mario Cortés Cevasco dijo que la Corporación no era alternativa a la sociedad anónima.
- Hoy no somos alternativa para nada ni para nadie. Sería irresponsable decir que somos una alternativa a la sociedad anónima, aunque sabemos que seríamos capaces de sacar el tema adelante. Ahora, si un día Nicolás Ibáñez y sus funcionarios se van, no tenemos problemas en apechugar.
- ¿Se imagina a Nicolás Ibáñez dejando Wanderers de manera anticipada?
- Alguna vez lo soñé. Ibáñez vino a Valparaíso para desembarcar de manera política, económica e ideológica, pero le salió el tiro por la culata. Ellos pensaban que Valparaíso era campo fértil para sus ideas, pero no saben que esta ciudad y el mismo Santiago Wanderers están acostumbrados a las tormentas, los incendios y los terremotos.
- ¿Nunca conversó con Ibáñez?
- No lo conozco.
- ¿Qué le diría si tuviera la posibilidad de conversar con él?
- Le preguntaría si es que sabe dónde está metido. También le hablaría de la historia del club, porque me parece que no la conoce, y finalmente le diría, responsablemente, que si no quiere continuar, mejor que se vaya. Que de alguna forma le pagamos la deuda que supuestamente tenemos con él o con su Fundación. Le firmo cheques a 22 años, pero le pediría que no le haga más daño a Wanderers, más del que él y su gente ya le hicieron.
- Aún restan 22 años de concesión.
- La verdad es que como wanderino yo no estoy dispuesto a acompañarlo ni ser comparsa. Algo vamos a hacer, a mediano o largo plazo, algo vamos a tener que hacer.
- ¿Y a Jorge Lafrentz, qué le diría?
- A Jorge Lafrentz le reconozco su wanderinidad, pero ha hecho una gestión muy negativa. No me gustaría estar en sus zapatos y la verdad es que no sé para qué sigue siendo presidente. Está enlodando su apellido, su imagen... ya no corta nada dentro del directorio. De lo único que está preocupado es de la venta del CDF, pero para ello podría ser director y no presidente.
- ¿Y a Miguel Bejide?
- A Bejide le he dicho muchas cosas. Pero le reiteraría que Santiago Wanderers se maneja como una empresa, pero no como cualquiera, porque acá hay pasión e historia, y con eso no se puede jugar. Le insistiría que está errado en su forma de administrar.
- ¿Y al resto del directorio?
- No existen. A veces apelo a la wanderinidad de los que conozco, de (Hernán) Cortés o de (Mario) Valcarce, pero están alineados con el proyecto, que a esta altura no me cabe dudas que es la demolición y destrucción de Santiago Wanderers.
Corporación: el balance 2016
El rostro de Mario Oyer cambia cuando habla de lo que fue el 2016 para la Corporación Santiago Wanderers de manera interna y en su relación con los socios. Y es que hay situaciones que el ingeniero en construcción no deja de destacar y valorar de lo sucedido en los últimos doce meses. Desde el cambio de los estatutos de la entidad, pasando por los festejos en torno al mes aniversario, la búsqueda de recursos para financiar las actividades, hasta la vocería de la recién creada Asociación Nacional de Clubes y Organizaciones de Hinchas (ANCOH) y quizás lo que más satisfacción dejó en el dirigente: la organización del adiós de Jorge Ormeño en Playa Ancha, en lo que define como "la mejor muestra de que estamos para hacer cosas importantes".
"A Nicolás Ibáñez le pediría que no le haga más daño a Santiago Wanderers, más del que él y su gente ya le hicieron""
"Ellos (Nicolás Ibáñez y la S.A.) pensaban que Valparaíso era campo fértil para sus ideas, pero no saben que esta ciudad y el mismo Santiago Wanderers están acostumbrados a las tormentas, los incendios y los terremotos""