Para TVN, la primera jornada del Festival del Huaso de Olmué fue un éxito de sintonía. Importante, mirado desde las antenas, pero también es importante una mirada desde el cerro La Campana. Interesan los ingresos del canal estatal derivados de la sintonía, lo que conlleva publicidad en una competencia fuerte, despiadada y constante entre las estaciones de recepción abierta.
Pero desde el punto de vista local, de Olmué, de la región, importan los ingresos que el Festival deja para la actividad turística, para el comercio en general y para la comunidad local que ha logrado un importante desarrollo basado en variados servicios que se ofrecen a los visitantes.
Olmué, tal como Concón, es comuna joven. Al igual que la comuna costera perdió su autonomía en 1927. La recuperó en 1966 con una Municipalidad donde el entusiasmo y la creatividad ha sido nota dominante. Casi con la recuperación de la condición comunal nace el Festival del Huaso, denominación que se identifica con la condición campesina tradicional de la zona. El Festival, como el de Viña del Mar, fue ganando terreno con su espacio propio, El Patagual, y hace ya años con proyección nacional e internacional a través de diversos canales de televisión que a partir de un éxito comprobado disputan su emisión.
La jornada inaugural a una alta sintonía sumó un numeroso marco de público que con la aceptación de los artistas confirmó las cifras del rating. Se evocó a Violeta Parra, la gran folclorista, en su centenario, y luego se jugó una carta segura con la presencia del mexicano Pedro Fernández, focalizado en lo romántico. Exitosa fue la humorista Alison Mandel, quien en abierto bulling a los varones, navegó por una rutina digital donde la password fue huevón en sus múltiples acepciones. Y como en el Festival de Viña del Mar, hay competencia que, la realidad, queda opacada por un generalmente maratónico show.
De cualquier modo, la competencia, la posibilidad de llevarse el Guitarpín, trofeo del Festival, junto a premios en dinero, constituye un estímulo para los artistas participantes. Y todo es posible, algunos de los temas que se presentan pueden lograr un lugar en el cuadro de honor de la música popular y trascendiendo en el tiempo.
En fin, cerradas las puertas de El Patagual, volviendo a la tranquilidad de las jornadas campesinas, Olmué, su Municipalidad y la comunidad local en general, deben continuar regando esa plantita que es el Festival para que siga siendo exitoso y, próximo al medio siglo de existencia, continúe como factor del desarrollo local y de la actividad turística del país en general.