El restaurante porteño que se mantiene pese al auge de la cocina internacional
VALPARAÍSO. El local de comida típica chilena sirve desde charquicán hasta la clásica cazuela de ave.
A pasos del edificio de El Mercurio, entre ventanales, oficinas y bancos se encuentra "La Fontana", un cálido restaurante que, hace 22 años, atiende en calle Esmeralda ofreciendo a su fiel clientela comida típica criolla como si estuviera almorzando en su casa más que en un local de comida cualquiera.
Andrés Oyanedel (39 años) es el dueño del tradicional local de comida hace 15 años. Junto a su hermano Rodrigo se lo compraron al italiano Ricardo Solari. Cuando recién habían asumido el desafío, el local llevaba el nombre de su ex dueño La Fontana di Solari (La fuente de Solari), pero con nuevos dueños hay nuevos aires y así el nombre pasó a ser sólo La Fontana, pero manteniendo el estilo, la comida y a los trabajadores.
El personal es esencial en La Fontana, es parte de la familia que a diario comparte, conversa y se ríe con los integrantes ambulantes como lo son la clientela. Quienes trabajan en el lugar llevan la tradición consigo, ya que algunos hace más de 15 años que laboran en el restaurante. Al comprar el local, lo asumió junto a sus trabajadores, lo que permitió afianzar lazos. A diferencia de los otros locales del sector, que han sufrido numerosos despidos "nosotros luchamos cada día más por un Valparaíso que no viene muy en alza", afirmó Oyanedel.
Fernando Meza (52) lleva laborando en el local hace cinco años y conoce a Andrés desde que era un niño, ya que trabajaba junto a su padre. Afirma que "afortunadamente los ambientes son muy buenos, el nivel de la gente que viene, el cliente, es muy bueno. Queremos que se desconecten de su pega, aunque sea por media hora, pero que se desconecten".
Mantener tradición
El restaurante lleva consigo toda una tradición. Clientes que por años asisten a almorzar al lugar. Los más asiduos pertenecen a empresas marítimas, agencias, abogados y periodistas. Dentro de los menús que ofrece La Fontana están los platos tradicionales como el charquicán con huevo frito; la cazuela de ave; el pastel de papa o choclo y el bife a lo pobre con arroz. "Para nosotros es un orgullo mantener el tema de la comida tradicional y criolla. En la calle bancaria es el único restaurante de estas características".
Andrés relata que, con el paso del tiempo, ha ido evolucionando el sector bancario y la carta gastronómica del lugar, ya que en un principio existían cuatro locales de las mismas características, sin embargo hoy, con la amplia gama culinaria que se ha abierto en el sector con la comida internacional, la clientela algunos días disminuye. En la misma calle funcionan varios locales de comida extranjera: "Hay un restaurante chino, uno colombiano y más de 4 peruanos". A pesar de las variadas opciones para comer que tienen las personas en su horario de colación, atienden en promedio entre 90 y 100 personas diarias, ya que han sabido sobrevivir y sin necesidad de reinventarse, porque la gente vuelve por la comida. "Es como volver a su casa para almorzar", resalta.
El local, que lleva sirviendo a sus clientes comida casera chilena hace un cuarto de siglo, ha ganado dos premios. El primero es del Casco Histórico de Valparaíso, adjudicándose $11 millones que fueron invertidos para el segundo piso del local. El otro fue un premio Semilla de Sercotec, que se invirtió en la actualización de artefactos del recinto.
Para su dueño, La Fontana significa todo, "porque en el fondo yo partí como publicista a pesar de que siempre quise dedicarme a la gastronomía, y el destino me puso igual un restaurante encima. Todo lo que tengo ahora es gracias a La Fontana. Nací laboralmente en este local, soy feliz haciendo lo que hago". Oyadenel enfatiza su convicción del equilibrio entre calidad, precio y atención. "Esto ha generado el lazo casi familiar que lleva a que las personas salgan de sus trabajos a la hora de colación y puedan, a un par de pasos, transportarse a su casa", sentenció.
Nuevos proyectos
Por el negocio de la comida chilena y por la fidelidad de sus trabajadores y clientela es que Andrés, dueño de La Fontana, tiene pensado volver a invertir en el rubro e instalar otro local. El nuevo restaurante está pensado para ser abierto en la ciudad de Valparaíso pero en un sector distinto al bancario para así poder llegar con almuerzos caseros y un buen ambiente a otras personas. La Fontana seguirá funcionando .