El renacer de una leyenda

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Tras seis meses sin competir por una lesión de rodilla, Roger Federer volvió a tocar el cielo en Melbourne Park. Ante su enemigo íntimo, Rafael Nadal, y con treinta y cinco años, el tenista suizo alcanzó la gloria en Australia tras celebrar el triunfo entre lágrimas. Victoria que le permitió alcanzar su décimo octavo Grand Slam tras catorce años después del primero en Wimbledon 2003. Una leyenda.