La primera ministra británica, Theresa May, defendió ayer la unidad del Reino Unido con un ataque inusitado al partido gobernante en Escocia, el SNP, al que acusó de anteponer su objetivo de independencia a las necesidades primarias de la autonomía escocesa.
En un discurso ante el congreso del Partido Conservador escocés en Glasgow, Escocia, May dijo que es "una prioridad personal" suya mantener la integridad del territorio británico y aseguró que negociará con Bruselas un acuerdo de salida de la UE que sea ventajoso para todo el país. "No existe ninguna base económica" para dividir el Reino Unido, argumentó la líder "tory", que reprochó al Partido Nacionalista Escocés (SNP) de la ministra principal, Nicola Sturgeon, estar "obsesionado" con la independencia.
"La política no es un juego y el Gobierno no es una plataforma para perseguir obsesiones constitucionales", afirmó y criticó al Gobierno de Edimburgo por haber descuidado, según dijo, las prioridades de la región.
Defendiendo las ventajas de mantener la unidad ante el "brexit", May declaró: "Somos cuatro naciones, pero en el corazón somos un solo pueblo". "La solidaridad es la esencia de nuestro Reino Unido y la mejor salvaguarda de su futuro", añadió. La líder conservadora cargó contra los independentistas, después de que estos hayan amenazado con convocar un segundo plebiscito de independencia si Londres no atiende a sus peticiones respecto a la salida de la UE.
El Gobierno británico informó que a fines de marzo iniciará el proceso legal para abandonar la Unión Europea.
A favor del bloque
A diferencia de Inglaterra y Gales, Escocia, junto a Irlanda del Norte, votó por amplia mayoría a favor de permanecer en la UE en el referéndum británico del 23 de junio. Sturgeon presentó al Gobierno de Londres un plan para preservar el lugar de Escocia en la Unión Europea, que incluye la permanencia en el mercado único.