Mientras en conjunto con el diputado Pedro Browne presentábamos un proyecto modificatorio a la ley -que data de 2004- sobre expendio y consumo de bebidas alcohólicas, otras acciones a nivel global se encaminaban a lograr los mismos objetivos que nosotros impulsábamos: Bélgica estaba efectuando una fuerte promoción respecto a la abstención del alcohol; el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) iniciaba una campaña de prevención y se daban a conocer los resultados de un estudio especializado de la Universidad Johns Hopkins, de Estados Unidos, que indican que los adolescentes tienen una probabilidad cinco veces mayor de beber marcas publicitadas por la televisión, de donde se concluye que la publicidad del alcohol fomenta su consumo en los jóvenes.

Más recientemente, el presidente de la Sociedad de Pediatría de nuestro país, Dr. Humberto Soriano, formulaba un llamado para "no abandonar a nuestros niños", alertando sobre el hecho de que el cerebro de los adolescentes, antes de los 25 años, aún se está desarrollando y sólo a partir de esos años la corteza prefrontal, que en general es aquella que planifica, coordina pensamientos, formula juicios y, en definitiva, adecúa nuestra personalidad y comportamiento social, comienza a operar de manera integral. Por ello, antes de esa edad los jóvenes son propensos a adoptar comportamientos de riesgo.

Lo anterior es especialmente preocupante si consideramos que la OMS ha informado que nuestro país registra los más altos índices de consumo de alcohol en el grupo infanto-juvenil. Estamos conscientes que no sólo se obtendrán resultados a través de la restricción en la venta, es necesario enfrentar este tema también desde otros ámbitos. Por eso es llamativo, y vale la pena analizar para promoverlo en nuestro país, el plan que Islandia puso en práctica a partir de 1999 denominado "Juventud en Islandia".

Cuestionarios aplicados entre los años 1992-1997 arrojaron como resultado que para los jóvenes participar en actividades deportivas, de tres a cuatro veces por semana, estar bastante más tiempo con los padres y no estar fuera de casa en las noches constituían aspectos fundamentales para esperar que un joven no consumiera sustancias. A la puesta en práctica de lo anterior, se agregaron algunas normas: declararon ilegal la venta de tabaco a menores de 18 años y de alcohol a menores de 20, y se prohibió que niños menores de 13 a 16 años puedan estar fuera de sus casas después de las 10 de la noche en invierno y de 12 de la noche en verano. A lo anterior, el Estado impulsó programas de arte, música y deporte.

Los resultados están a la vista: dicho país ha pasado de ser uno de los con más alto índice de consumo de sustancias en Europa al que exhibe los índices más bajos, convirtiéndose en un modelo a seguir.

Joaquín Godoy Ibáñez

Diputado

150 años | 16 de marzo de 1867

Exigen a la policía una disciplina militar

La brigada de policía debe concurrir hoy a Playa Ancha para estar en la revista de inspección. Vemos que la policía, la guardia municipal, la custodia de la propiedad, se están convirtiendo en un batallón de línea con todas las obligaciones del ejército. Con la disciplina como su principal ocupación, pero dejando sus deberes y atribuciones en segundo lugar.

100 años | 16 de marzo de 1917

Isla de Pascua: fondos para lazareto y escuela

Ha sido autorizado el vicario castrense y administrativo del lazareto de leprosos en la Isla de Pascua, don Rafael Edwards, para girar contra la Tesorería Fiscal de Santiago hasta $ 24.000, a fin de que atienda a la construcción del lazareto, de una escuela; además de las necesidades de beneficencia y a la conservación de la Hacienda Fiscal de dicha isla.

50 años | 16 de marzo de 1967

Detenida testigo en baleo a Carabineros

Ayer fue capturada la mujer que estaba junto al delincuente Horacio Mena, que asesinó a los carabineros René Orias Arteaga y Juan Ramón Aravena Salas, en el cerro Monjas, cuando acudían a sus gritos de auxilio. Ella, Eliana del Carmen Cañete Urrutia, había huido a Santiago y era quien podía arrojar luz sobre la verdad de la tragedia.

En el handbook del candidato se recomienda realizar frecuentes romerías a Valparaíso. Elemental consejo del manual, pues Valparaíso es la ciudad más mediática de Chile. Para bien y para mal.

Tenemos desde un entorno apasionante pleno de leyenda y de inspiración para los artistas hasta frecuentes catástrofes que llenan de imágenes pavorosas las pantallas a lo largo del país. A ello se agregan largas polémicas sobre lo que se debe o no se debe hacer y oscuros casos de corrupción.

En lo electoral la ciudad no pesa mucho. No hay muchos votantes en comparación con otras comunas, pero, paradojalmente, en lo político tiene alta cotización. Los resultados de las votaciones ganan portadas, como la reciente elección municipal que llevó a la alcaldía a Jorge Sharp, quien esgrime la bandera de la demolición del "duopolio".

En la antigua democracia, aquella de los sexenios, los grandes cierres de campaña, con multitudes, tenían lugar en el esta ciudad. Así lo hicieron Frei Montalva, Radomiro Tomic y Salvador Allende, entre otros.

Por lo anterior, las rituales romerías electorales que se iniciaron esta semana con visitas a Valparaíso del precandidato socialista Fernando Atria; del radical Alejandro Guillier y la DC Carolina Goic, se ajustan plenamente a las exigencias de campaña de todo postulante a La Moneda.

Además, el discurso en Valparaíso es fácil. No hay que escarbar mucho para identificar problemas, fortalezas y debilidades de este "puerto de nostalgia" del que hablaba Salvador Reyes. Desgraciadamente, los temas están dramáticamente a la mano y de ahí a las propuestas de solución hay solo un paso.

Y las propuestas se convierten en promesas y se integran al programa, la Biblia aquella con la cual los postulantes y sus seguidores predicarán en las esquinas de los escarpados y maltratados cerros porteños en busca del esquivo voto, no sólo para el aspirante al primer premio, sino que también para aquellos que buscan un cupo parlamentario, aun cuando se trate de esos candidatos itinerantes dispuestos a instalarse en cualquier región del país.

Estas reflexiones pueden aparecer escépticas, irrespetuosas, iconoclastas, pero ilustran una realidad reiterada a través del tiempo y que deja de manifiesto el desequilibrio que existe entre lo que se reconoce de Valparaíso, sus brillos y sus sombras, y aquello que pasados los días de las urnas se hace por esta mediática ciudad.

No deberíamos dudar de la buena fe y de la buena disposición de los candidatos, pero son ellos mismos, con su acción, con su tarea, más allá del discurso fácil, los llamados a rescatar la confianza perdida y a sacar a los porteños del escepticismo y de las justificadas dudas.