La posibilidad de que Corea del Norte lleve a cabo un ensayo nuclear, tras las últimas demostraciones de fuerza de EE.UU., aumentó el temor de la comunidad internacional a que estalle una guerra en la península coreana.
"Si hay una guerra, el resultado será una situación en la que todos perderán y nadie resultará ganador", aseguró ayer el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, tras advertir que quien la provoque "deberá asumir sus responsabilidades históricas y pagar el precio".
El llamado a la contención de China, principal aliado del régimen norcoreano, llega tras la alarma generada por la posibilidad de que Corea del Norte realice su sexta prueba atómica, pues imágenes mostradas de su base nuclear indican que el Ejército estaría listo para realizar una nueva detonación.
El régimen de Kim Jong-un podría llevar a cabo el test, según expertos, hoy, en coincidencia con las celebraciones del "Taeyangjeol" ("Día del sol"), el cumpleaños del fundador del país y abuelo del actual líder, Kim Il-sung.
Pyongyang, que no ha confirmado ni desmentido tal posibilidad, criticó ayer con dureza a EE.UU. por desplegar "activos nucleares masivos", tras el envío de un portaaviones a la zona, lo que puede llevar a "una guerra termonuclear en cualquier momento y suponer una seria amenaza para la paz y seguridad mundial".
Rusia también se mostró preocupada. "Moscú está observando con gran inquietud la escala de tensiones en la península de Corea. Llamamos a todos los países a mostrar contención", señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Taiwán en alerta
El Gobierno de Taiwán adoptó planes de contingencia ante la escalada de tensión en la península coreana, anunció ayer el portavoz presidencial Alex Huang. Taiwán, cercana a las dos Coreas y parte de la comunidad internacional, espera que se mantenga la paz y estabilidad regional, declaró el vocero.