Hollywood en plena Ciudad Jardín
La cinematográfica balacera que se produjo el lunes 1 de mayo en la avenida Marina de Viña del Mar, debe llevar a una mayor urgencia en el combate al porte de armas. El temerario acto, que fue furor en las redes sociales con un tipo disparando entremedio de los coches, a sólo metros del puente Casino, bien pudo tener un desenlace peor, con heridos o muertos que lamentar.
Fue el fin de semana recién pasado atípico en todas sus variantes, partiendo por la esmirriada afluencia de turistas, los cuales temerosos de los violentos movimientos telúricos desatados en la zona durante la semana, optaron sencillamente por quedarse en casa o, bien, buscar otros destinos para estos días de asueto.
Así, mientras la Cámara Regional de Comercio y la Producción (CRCP) y el gremio hotelero sacaban cuentas amargas de este golpeado feriado del Primero de Mayo, por las calles de Viña del Mar, específicamente en la avenida Marina, una cinematográfica balacera, con su respectiva persecución a toda velocidad y escape en vehículo por la vereda, terminó con dos heridos, una ciudad aterrada y una sociedad completa preguntándose qué diablos está pasando en nuestras calles.
El temerario acto, que fue furor en las redes sociales con un tipo disparando entremedio de los coches, a sólo metros del puente Casino, bien pudo tener un desenlace incluso peor, con heridos de gravedad o muertos que lamentar.
Lamentablemente, no es novedad la gran cantidad de armas presentes en manos de la ciudadanía. A propósito de redes sociales, también se ha conocido por estos días un apocalíptico video de unos barristas alentando a su equipo -que, a todo esto, visita la zona este fin de semana-, mientras beben de una botella y lanzan tiros al aire con sus armas, una de las cuales incluso apunta al teléfono móvil del improvisado camarógrafo.
La campaña "Entrega tu arma", de la Subsecretaría de Prevención del Delito y Carabineros, ha decaído fuertemente en los últimos años (unas 3.150 armas en 2016 en relación a más de 6 mil el año anterior), pese a que la nueva Ley de Control de Armas y Explosivos establece que las personas que posean o porten armas no autorizadas o no inscritas arriesgan una pena que va entre los 541 días y 10 años de presidio. La misma restringe la venta de armas, sanciona la fabricación y elaboración (las populares "armas hechizas"), importación, exportación y comercialización de armas sin autorización, además de castigar con penas que van desde los 3 años en adelante la colocación de artefactos explosivos.
Pero algo pareciera no estar funcionando. Es de esperar que las policías y las autoridades consigan cautelar -a como dé lugar- los espacios públicos que comienzan a verse tomados por la delincuencia.