"Fue un discurso de despedida. Trató de entregar una señal y decirle adiós a una ciudadanía y a una contingencia de la que ha estado bien alejada. Y eso se nota en el Gobierno. Basta ver cómo abordó el tema del terrorismo en la zona de La Araucanía y donde el ministro del Interior ha sido incapaz de atacar y darle una solución al problema.

Entonces, el discurso apeló a eso, a despedirse de la mejor manera y apelar al tema de la emocionalidad. Recordemos que ella destacaba por los atributos blandos y que tienen que ver con el carisma, la cercanía, porque los chilenos la sentían como una persona querible. Bachelet trató de apelar a eso porque hay un antes y un después con todo lo que tiene que ver con el financiamiento irregular de la política, el tráfico de influencia, el caso Caval y Soquimich terminaron cortando este vínculo entre la Presidenta y la ciudadanía. Hay que recordar que cuando dejó La Moneda, el 2010, la Presidenta tenía una aprobación sobre el 80% y hoy apenas supera el 30%. Eso grafica lo que está viviendo como gobernante y su coalición.

Fue un discurso emotivo, pero la Presidenta evidenció cierta aceleración que era lo que perseguían los distintos cortes que tuvo la presentación del mensaje. Bachelet trató de enumerar una serie de áreas como educación, economía, salud, y seguridad para ir reforzando ciertos temas y ciertos logros de su gestión. Sin embargo, viendo los distintos estudios de opinión y la última Adimark, se puede comprobar que los ministros peor evaluados son los que representan a esas áreas que son las más sensibles para la ciudadanía, y las áreas más sensibles son justamente educación, salud, educación y justicia. Entonces, esto tiene un peso específico en lo que ha sido la evaluación en general de estos tres años.

La Presidenta Bachelet quiso reforzar esas áreas, pero la impresión ciudadana sobre esas áreas fundamentales es que ha sido deficiente. Es cosa de verlo. El mejor ejemplo es el caso de los hospitales, tema que ha sido difícil de resolver y que tiene que ver con una mala gestión del Ministerio de Salud y con el manejo de la lista de espera. Hemos visto a gente que debe esperar horas para ser atendido o que muere esperando una atención. Yo no escuché nada referido a eso.

Por eso creo que fue un discurso donde faltó un poco de mea culpa. Cuando este gobierno asumió lo hizo con cierto grado de soberbia y creo que el tema que lo marca es justamente la retroexcavadora. Y si uno analiza, ve que esta retroexcavadora -que apuntaba a este modelo de desarrollo económico que había imperado en el país durante 25 años- al final terminó cavando la tumba de lo que yo diría es la Nueva Mayoría.

Porque hoy claramente uno puede percibir cierto quiebre y por algo llevan dos candidatos presidenciales; esto es una señal clara de la ruptura que ha tenido esta coalición que ha tenido un gobierno que más que logros, como mostró el discurso, ha tenido muchas deficiencias.

De ahí el llamado a la unidad de su coalición. Lo que está pasando en el Congreso con el proyecto que tiene que ver con las atribuciones de los gobiernos regionales es otro ejemplo. Porque por un lado se eligen estos gobernadores regionales, pero por otro se nombra un delegado presidencial. Entonces vamos a tener cargos elegidos por voto popular pero a la sombra de un funcionario de ese gobierno, una autoridad regional nombrada por el Ejecutivo. Eso va a generar un conflicto y una frustración en la ciudadanía que quiere que los gobiernos regionales tengan mayor autonomía.

Así, la premura que busca sacar adelante a esta figura del gobernador regional tiene que ver con lo mismo que le está pasando a la Nueva Mayoría; o sea tiene que ver con la división que hay al interior y tratan de aunar esfuerzos para lograr ciertos réditos políticos. Hay una frase del senador Tuma sobre el debate que se ha dado en el marco de la elección de gobernadores regionales donde dice que ha escuchado en los pasillos del Congreso decir que 'como vamos a perder el Gobierno hay que sacar el proyecto para tratar de ganar el gobierno central'. Yo creo que eso grafica el impacto de un gobierno que debiera liderar la Presidenta".

Cientista político

Pablo Lira

Pontificia Universidad Católica

"En primer lugar, retornó la Michelle Bachelet que se había visto en su primer gobierno. Pudimos apreciar en el Congreso Nacional a una Presidenta hablando desde el corazón, hablando desde su visión de país, asumiendo desde ese punto de vista que era un discurso para la historia, y por lo tanto, en esta ocasión ella se dio la licencia en Valparaíso de no hacer sólo una cuenta pública, sino que también proyectar una visión de Chile.

Una visión que es de izquierda, progresista, y que busca el cambio social junto con la igualdad en una sociedad que ella considera injusta. Pienso que eso fue algo que hace mucho tiempo no realizaba y en su última Cuenta Pública era una buena oportunidad para hacerlo.

Volvió una Bachelet que más allá de las improvisaciones, salvo al principio, se sintió mucho más cómoda al hablar. Y sobre todo en la parte final reflejó a una persona que le habla a la coalición, que les dice con fuerza: acá hay un proyecto, una idea de país. Que les señala que se están empezando una serie de transformaciones y que ello debe continuar.

En ese sentido, pienso que se mostró una Presidenta mucho más abierta al hablar desde lo que ella piensa, más que referirse a una mera rendición de cuentas al país, de carácter neutro y de sólo resultados.

Hasta cierto punto de su discurso fue macro en términos de dar a conocer algunos resultados, pero eso cambió cuando los bajaba a las regiones. Daba a conocer detalles de los lugares en que se estaban dando esos avances, ya sea en cuanto a hospitales u otras materias.

En cuanto a las regiones, se refirió principalmente a ellas a la hora de mencionar casos particulares en diversos ámbitos. Y es más, ella hizo el reconocimiento de un error que es la construcción del Hospital Claudio Vicuña de San Antonio, señalando una serie de aspectos en referencia a las dificultades que ha presentado esa obra en específico y cómo se van a solucionar de aquí hacia adelante.

En ese sentido, considero que en la Cuenta Pública que presenciamos ayer hay un guiño muy fuerte a las regiones, contrariamente a lo que hemos escuchado.

Creo que lo que planteó fue una estructura de intentar dar cuenta de muchos hechos, de muchas realizaciones. Y ella, en algunos momentos particulares, lo hizo como tratando de decir: 'miren se me critica por que este Gobierno no hizo nada y acá les presentó la prueba concreta de todo lo que hemos hecho". A partir de allí se encargó de probar aquello entregando muchas cifras.

Puedo decir que su alocución estuvo basada en la lógica de un discurso que combinó ciertamente las ideas que tenía en su cabeza, con los hechos que finalmente se materializaron.

Muchas veces se mencionó que uno de los errores de este Gobierno era que no se comunicaban bien sus logros y en ese sentido considero que lo que vimos ayer con el discurso, apuntaba precisamente en la línea de subsanar aquello.

Pienso que se enfiló hacia la idea de mostrar resultados, de dar una detallada cuenta de todo los proyectos de ley que se han aprobado bajo su administración, todas las iniciativas que se plantearon y cómo ellas se tradujeron en números y también en personas. Pero hay otra cosa que mencionar y es que los objetivos y logros conseguidos los personificó en personas con nombre y apellido para dejar en claro cómo las políticas públicas se van acercando a la gente.

De hecho creo que eso refleja, cuando se pone la mirada en las encuestas, que el sector socioeconómico bajo es el que menos rechazo tiene hacia la figura de la Presidenta. Y es precisamente por este tipo de políticas.

¿El discurso fue bueno o malo? Yo lo pondría de este modo, tenía una expectativa más baja respecto a lo que iba a hacer con un gobierno de una Presidenta que venía muy complicada y bajo esa mirada, considero que superó las expectativas respecto a lo que pensaba que podría haber sido".

Claudio Fuentes

Académico de la Escuela de

Ciencia Política de la UDP

El Ford Galaxie 500 XL que transportaba a la Presidenta Michelle Bachelet desde el Cerro Castillo hasta el Congreso Nacional para su última Cuenta Pública, sufrió un desperfecto cuando transitaba por la avenida España, a la altura de la Remodelación Balmaceda. Según lo constatado por CNN y reproducido por el portal Emol, el automóvil tuvo una falla mecánica, por lo que los motoristas de la escolta presidencial debieron ayudar a empujar el auto. Es por esta razón que la Mandataria no llegó al Congreso en el auto estrenado por el Presidente Allende, sino que lo hizo arriba de un jeep de la Armada.