Han sido días de números. Números buenos y malos. En política los números buenos, optimistas, son las cifras de participación y los resultados de las primarias presidenciales del domingo: 1.810.132 ciudadanos, que representan el 13,7% del padrón electoral. Cifras que inscriben ya los nombres de Piñera y Sánchez en la cédula única de primera vuelta, desmienten la anunciada indiferencia ante un proceso que es parte de la democracia y cuyo ejercicio a veces significa sacrificios personales. Pero también en política aparecen malos números, como aquellos de la encuesta Adimark relevados ayer: un 30% de aprobación para la Presidenta Michelle Bachelet y un 63% de desaprobación. También, siguiendo una constante, mala nota sacan el Senado y la Cámara de Diputados. Además, nos llegan números malos desde Rusia, pese a los esfuerzos y los logros colectivos e individuales de la "Roja de Todos". Son cosas del fútbol.
Pero donde los números malos golpean directamente a las personas es en el desempleo. La cifra nacional señala que el problema afecta a un 7% de la fuerza de trabajo. Este indicador es peor en la Quinta Región, donde escala al 8,3% y más malo aún en la Provincia de Valparaíso, la de mayor población, donde alcanza a un 9,6%, 2,4 puntos más en relación al año pasado. Hay que insistir en que tras esos porcentajes hay personas y familias que no tienen ingresos y tener presente, además, que ocho de cada diez empleos nuevos los creó el sector público. Y esos trabajos son poco o nada productivos.
Piero Moltedo, economista de la Universidad Santo Tomás, precisa que "el mercado laboral sigue reflejando los perjuicios provocados por el escaso crecimiento económico".
A su vez, la gerenta general de la Cámara Regional del Comercio y la Producción, Marcela Pastenes, expresa que "esto llama al cambio, poniendo énfasis en acelerar los procesos para asegurar la inversión y continuar el fomento a la innovación y el emprendimiento". Y desde las filas del oficialismo aparece una suerte de "mea culpa" cuando Rodrigo González, diputado del PPD, sostiene que "creo que hubo un error en el enfoque de la reforma tributaria, el cual deberá ser asumido por el próximo gobierno".
Enfoques acertados, lógicos y de sentido común. Pero la lógica y el sentido común a veces quedan entrampados en concepciones ideológicas que frenan la inversión, desalientan la creatividad y siembran incertidumbre y desconfianza. Los malos números del empleo son una luz roja a la que deben atender los protagonistas del proceso electoral en marcha. Su tarea es sembrar confianza y certezas con propuestas que convoquen a la inversión y al trabajo productivo.