La peregrina idea de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de restablecer el funcionamiento para vuelos comerciales del aeródromo de Torquemada, hoy en manos de la Armada, recibió un inusitado apoyo de buena parte de las autoridades (encabezadas por el seremi de Transportes, Mauricio Candia, y el de Obras Públicas, Miguel Saavedra), cuyo empuje fue inicialmente destacado en las páginas de este medio, para después ir en búsqueda de los potenciales operadores interesados, con una excelente respuesta de Jetsmart y Sky Airline (también estarían por involucrarse Latam y Law) para replicar en la zona lo que hasta hoy se ve como el llamativo negocio de los vuelos de bajo costo a nivel nacional y latinoamericano, modelo tremendamente exitoso otras en latitudes como Europa y Norteamérica.

Tras el gran empeño de las citadas autoridades y el consiguiente respaldo de la iniciativa en las páginas de El Mercurio de Valparaíso, el director nacional de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas confirmó ayer que el recinto cumple con las condiciones técnicas para que cierto tipo de aviones pueda trasladar pasajeros desde y hacia otras ciudades como Iquique, Antofagasta, Concepción, Mendoza e incluso Córdoba.

El optimismo respecto de los tiempos (la gente del Gobierno Regional pide un poco de cautela antes de pensar seriamente en echar a andar el proyecto durante el próximo verano) pareciera ir de la mano de las expectativas que un paso como éste generaría para la Región de Valparaíso en momentos en que la aletargada economía zonal sigue a los tumbos.

La eventual reapertura del propio aeródromo también podría otorgar a esta Región un plus importante a nivel turístico y la opción de ampliar decididamente su mercado potencial hacia su zona lógica de integración (Mendoza, Córdoba y San Juan), ya respaldado por más de un convenio entre las respectivas municipalidades (basta destacar las actividades de promoción realizadas durante los veranos por Viña del Mar) y las intensas gestiones en pos de relaciones comerciales y culturales llevadas por el cónsul argentino en Valparaíso, Hernán Santiváñez, el diario Los Andes de la provincia de Mendoza y este mismo medio.

Hasta el minuto todo pareciera marchar de buena manera. Se da por descontado que el proyecto recibirá el apoyo transversal de la Armada, la Fuerza Aérea y las autoridades involucradas, quedando sólo en pausa las necesarias inversiones ($ 3.500 millones en la conservación de la pista y unos $6.500 mns. en su extensión) para la optimización del recinto, las que debieran ser necesariamente apoyadas con platas gubernamentales y, obviamente, privadas.

Así, la Región, que ya está de pie, pronto tendrá alas.

150 años | 20 de julio de 1867

Rumor de venida de hispanos crea temor

Tal sensación han producido las noticias de ayer, que buques de la escuadra española venían al Pacífico, que de inmediato empezaron a mandarse partes a Santiago, encargando arriendo de bodegas, casas, etc. Además, muchas familias se aprontan para buscar un asilo más seguro en departamentos inmediatos, como Limache y Quillota.

100 años | 20 de julio de 1917

Villa Alemana: cubren falta de carabineros

El ayudante de la policía en la vecina comuna de Quilpué, fue enviado, junto con un guardián, para que cubran la guarnición de Villa Alemana. La determinación de reemplazo parcial fue adoptada ya que un número importante de carabineros de la región fue llevado a la capital a participar en una ceremonia oficial.

50 años | 20 de julio de 1967

No se ve solución a la crisis en la UCV

Una reunión sostuvieron ayer el Gran Canciller de la Universidad Católica de Valparaíso, monseñor Emilio Tagle Covarrubias; el rector, Arturo Zavala, la directiva de la FEUC y los presidentes de centros de esa casa de estudios, buscando, infructuosamente, una solución a la crisis, que se prolonga ya por espacio de 32 días.

Al igual que nosotros las personas, a quienes se nos evalúa nuestro riesgo crediticio o capacidad de cumplir las obligaciones a través del informe DICOM, también los distintos países son evaluados por clasificadoras de riesgo.

Es así como en el mundo existen tres de estas clasificadoras, Standard & Poors (S&P), Fitch Ratings y Moodys, quienes en base a la situación económica actual y proyectada, le asignan una nota al nivel de riesgo de cada país. Particular énfasis ponen en dicha evaluación a los ingresos futuros de cada nación, medidos a través del producto interno bruto (PIB), cómo ha evolucionado la deuda y la relación deuda / producto.

Recientemente la agencia S&P, rebajó la nota crediticia de Chile debido al deterioro de las finanzas públicas. La entidad disminuyó nuestro rating desde AA- a A+, y la dejó en una perspectiva "estable". La nueva calificación con la que quedó Chile es coincidente con la de países como Japón, Israel, Eslovaquia, Irlanda y Eslovenia y está muy por encima de los países latinoamericanos.

El efecto de esta rebaja afectará a todas las empresas en Chile, en particular a las que se financian en el extranjero, ya que al momento que vayan a buscar recursos les resultará más caro. Las que se financian internamente también se verán afectadas porque la deuda que emita el Estado de Chile tendrá un interés mayor. Así, todas las deudas que toman esta tasa como referencia aumentarán. En lo que respecta a las personas, se estima que el impacto de la rebaja de la calificación podría implicar un aumento en las tasas de 30 ó 40 puntos base. Si lo llevamos a un crédito hipotecario, si uno tiene uno con una tasa original de UF + 4,0% anual, ahora al querer contratar otro, subiría a UF + 4,4%, lo que, expresado en montos, si el dividendo fuera originalmente de $500 mil podría subir a $550 mil.

Esta rebaja en el riesgo país impactará de manera homogénea a las distintas regiones de Chile, viéndose indudablemente más afectadas aquellas que cuentan con empresas más intensivas en el uso de capital y/o que cuentan con grandes planes de inversión, las que verán, encarecidos sus costos de producción y, por ende, afectadas sus decisiones operativas y estratégicas. Si tuviéramos que cuantificar en términos cualitativos este cambio, el efecto en los niveles de contratación y empleo no debiera ser significativo, ya que la nueva calificación no deja de ser elevada. La situación empeoraría ciertamente, al entrar en un espiral de bajas en la clasificación, lo que no resulta esperable toda vez que nuestro país aún cuenta con fundamentos económicos sólidos.

Francisco Anguita

Docente Facultad de Ingeniería y Negocios, Universidad de las Américas