A la espera de los renovados ascensores
La necesaria paralización de tres importantes funiculares porteños afecta a usuarios y a diversas actividades de los cerros. Se debe destacar la reciente recuperación y funcionamiento de los ascensores Reina Victoria y El Peral que comunican el plan con los cerros Alegre y Concepción, donde también hay viviendas y actividades turísticas.
La restauración de tres tradicionales ascensores de Valparaíso es un logro porteño. Junto con recuperar valores patrimoniales de la ciudad es un aporte para residentes y emprendedores de importantes cerros. Ello, sin embargo, obliga a su paralización temporal.
Y esa paralización que afecta desde enero al ascensor Concepción; desde marzo al Cordillera y desde octubre del año pasado al Espíritu Santo, supone problemas para usuarios habituales y también pérdidas para rubros turísticos desarrollados en el entorno de los elevadores.
La inversión en las obras suma $ 4.635 millones de pesos y corresponde al Ministerio de Obras Públicas.
Los ascensores, que estaban en manos privadas, requerían urgente renovación para evitar su colapso y posibles accidentes de gravedad considerando su antigüedad. El más antiguo de ellos, el primero de Valparaíso, que atiende a los cerros Concepción y Alegre, data de 1883.
Su acceso desde el centro mismo de la ciudad, calle Esmeralda, y su rápida comunicación con los barrios tradicionales de esos cerros lo convirtió en eje de transporte fundamental para vecinos, pero también contribuyó al desarrollo en el área de hostales, restoranes, galerías de arte y sedes universitarias.
Todo ello significó un incremento mensual en el movimiento del ascensor que llegó a 30.000 usuarios al mes, ahora afectados por la suspensión del servicio.
En un grado inferior la paralización de los ascensores Espíritu Santo y Cordillera también dañas a vecinos y emprendimientos turísticos.
Es cierto que los mencionados cerros son atendidos por colectivos, taxis básicos y por buses que circulan por avenida Alemania y Camino Cintura, pero desde el punto de vista del turismo no es lo mismo lo cual llama a cumplir con los plazos fijados en las obras de restauración en marcha.
Por otro lado, con una mirada positiva, se debe destacar la reciente renovación y funcionamiento de los ascensores Reina Victoria y El Peral que comunican el plan con sectores de los cerros indicados, donde también hay viviendas y actividades turísticas importantes, destacando el Museo de Bellas Artes.
Si bien hay que insistir en que se cumplan los plazos de terminación de las obras con estándares de máxima seguridad, en el intertanto es necesario establecer un sistema claro de información sobre accesos alternativos en un trabajo coordinado con los servicios disponibles, dando seguridad y evitando abusos en lo relativo a tarifas.