Por Valeria Barahona V.
Tapia llamó a los estudiantes y profesores a participar con un parafraseo al Papa Francisco "por favor, no miren la vida desde el balcón", basado en el término "balconear", costumbre de la capital trasandina, donde las personas -la mayoría jubilados -se instalan en lo alto a ver la gente pasar. "Pueden elegir mirar desde afuera o ser parte", dijo Tapia.
La socióloga Doris Cooper, de la U. de Chile, estableció a mediados de los 90 que tres cosas se pueden aprender en una actividad solidaria: algo de sí mismo y la comunidad, nada o una lección equivocada: el refuerzo de los prejuicios y estereotipos al ir a un lugar y luego dejar la obra, lo que significa, a juicio de la docente argentina, "otro abandono a esos niños como una forma de calmar la conciencia. Hacer turismo en la pobreza".
Dada esta situación, es necesario planificar el quehacer fraterno en la universidad, que vaya más allá de las campañas por emergencia, que no agregan nada a la formación académica. La solución que plantea Tapia es mantener actividades en el tiempo, ya que "cuando son sistemáticas, sí agregan, a través del rigor científico, profesional y compromiso solidario. (…) Hay que articular el perfil profesional con actividad solidaria", sostuvo la historiadora.
"Uno aprende cuando se involucra, ahí está el protagonismo de los estudiantes. Cómo los profesores integran el trabajo práctico con la sociedad", por ejemplo, citó Tapia, el trabajo de la escuela de diseño de la Pontificia Universidad Católica (PUC) con los artesanos en -piedra -combarbalita, característica de la Región de Coquimbo, que con la intervención de los futuros profesionales mejoraron sus productos y, por ende, su calidad de vida.
En un proyecto relevante para la vida universitaria se debería "aprender a aprender, con contenidos interdisciplinarios; aprender a hacer, mediante competencias profesionales; aprender a ser: mejores personas, con valores; y aprender a vivir juntos, es decir, mejorar la comunicación junto con desarrollar la empatía y el trabajo en equipo".
En el libro, los profesores de educación física detallaron los beneficios y potencialidades que tienen la práctica de estas actividades en la población escolar y, además, en los propios estudiantes de la casa de estudios, donde el docente Jorge Gómez fue uno de los precursores de la idea: "Nos conocimos en 1993 con Jorge, en una asignatura y luego en campamentos, donde él desarrolló la actividad física y docente en relación con el medioambiente", contó Bernal durante el lanzamiento.
"Cómo los seres humanos podemos volver a nuestra esencia natural en respeto y convivencia con el entorno. Orientar y reorientar, a través de cambios significativos en pro del mejoramiento de la educación", destacó Gómez en la presentación, junto con apuntar a la "preocupación por la educación ambiental con los niños". Hay que superar el displacer del sistema educacional actual y lograr el placer en el conocimiento, a través de la tranquilidad transmitida por la naturaleza".
Publican manual para la actividad física en ambientes naturales
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Para estrechar los vínculos entre las actividades solidarias y la academia, la PUCV invitó a la directora del Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS), la docente argentina María Nieves Tapia, quien afirmó que el trabajo comunitario "afecta mucho más que la vida laboral. Es una enfermedad incurable y contagiosa", rió.
La Universidad de Playa Ancha (UPLA) editó el "Manual de actividades motrices en contacto con la naturaleza", de los profesores Danilo Bernal y Hernaldo Carrasco, que busca complementar la propuesta del Ministerio de Educación en relación al medioambiente. El texto plantea aspectos teóricos y técnicos básicos para iniciarse en la práctica de senderismo y cicloturismo. La idea era "generar un documento sistemático que pueda servir al resto de colegas y alumnos", dijo Carrasco.