Contreras, testigo privilegiado de los albores del profesionalismo caturro
FÚTBOL. Cuando se cumplen 125 años del club, el exjugador de Wanderers trae al presente una época en que el fútbol se vivía con una pasión tanto o mayor que la de nuestros días en Playa Ancha.
Hace 66 años, Víctor "Lito" Contreras debutaba en el primer equipo de Santiago Wanderers. Hoy, probablemente sea uno de los últimos jugadores con vida de una época en que el Decano disputaba sus primeras temporadas en el fútbol profesional. Temporadas en que todos los futbolistas vivían en Valparaíso, tenían un trabajo paralelo y participaban activamente en el devenir de la ciudad.
Con nostalgia, Contreras recuerda que en su liceo, el Eduardo De La Barra, le daban el segundo recreo para atender a la prensa cuando los partidos del fin de semana tenían cierta relevancia, debutando en 1951, cuando cursaba el Tercero de Humanidades.
"Eran años en que había que jugarse el puesto y pensar en sólo ganar y ganar porque la gente no te perdonaba otro resultado, especialmente cuando se jugaba en Playa Ancha", asegura.
En el ambiente había una mezcla de amateurismo y profesionalismo que le entregaba un aura especial al equipo.
"Habían enormes jugadores, pero les gustaba mucho la chupilca, eran años en que existían muchas oportunidades para ir a fiestas porque las invitaciones llegaban a cada hora", asume, quien paralelamente a su condición de futbolista se desempeñaba como funcionario de la Caja de la Marina Mercante, en donde alcanzó a ser Jefe de Personal, cargo que le obligó a abandonar el fútbol en 1958 luego de dos campañas en Everton.
VALParaísO Y VIÑA
Durante la conversación, Víctor Contreras marca inmediatas diferencias respecto de lo que fueron sus temporadas en Santiago Wanderers y Everton: "Acá en Valparaíso el empate no se perdonaba, hubo ocasiones en que nos venían a buscar a las casas para insultarnos porque no habíamos ganado en Playa Ancha, mientras que en El Tranque la cosa era más tranquila, incluso habían aplausos cuando se igualaba... no hay duda que los porteños son pasionales".
Una condición que marcaría la historia posterior del club. "En Santiago Wanderers no se podía ser suave ni caballero, porque en Playa Ancha no se podía perder", asegurando también que tanto los árbitros como los rivales de turno sentían con fuerza la masiva presencia de hinchas en el reducto porteño.
"Los árbitros no se atrevían a cobrar en contra nuestra... no podían amonestarnos", destaca con una sonrisa en el rostro, aunque insistió en que "pobre de que nosotros perdiéramos, aunque cuando ganábamos el Puerto era una fiesta interminable".
Contreras no olvida 1954, año en que la UC celebró el título "pero se comió dos goleadas en Playa Ancha e Independencia. Al campeón le metimos 13 goles, seis a (Sergio) Livingstone en Playa Ancha y siete a otro arquero en Santiago", recordando que luego los festejos se trasladaban al American Bar "en donde su dueño, don Armando Canales, nos invitaba a comer en el cuarto piso y después bajar a ver el show de las mismas señoritas que nos servían la cena".
"Esa época fue hermosa. Hace 66 años atrás los porteños éramos la base del equipo y sabíamos lo que sufría nuestra gente cuando perdíamos y también como celebraba cuando ganábamos", concluyó.
"Acá en Valparaíso el empate no se perdonaba, hubo ocasiones en que nos iban a buscar a las casas para insultarnos porque no habíamos ganado en Playa Ancha"
Víctor "Lito" Contreras, Exjugador de S. Wanderers"
"Ojalá nos salvemos de bajar"
La respuesta respecto del presente de Santiago Wanderers tiene una respuesta inmediata. "No me pregunte de ello", señala Víctor Contreras, admitiendo que "no los veo firmes... Dios quiera que nos salvemos del descenso, pero no será sencillo. Hay mucha gente que viene de afuera y que no sabe de Valparaíso ni su gente, porque lo que hay poca entrega".